El pasado 12 de agosto hicieron un debut en el MAB, ¿cómo valoran estas primeras se4manas en el mercado?
Hemos estado dos semanas de agosto en las que ha habido poco movimiento con lo que se puede opinar muy poco al respecto pero sí podemos decir que tuvimos buena acogida, hubo sobresuscripción y al mismo tiempo se pudo dar salida a inversores cualificados que venían de una etapa anterior de crecimiento, con lo que para nosotros ha sido una satisfacción y un éxito.
¿Cuáles son los principales objetivos que tienen con la salida a bolsa?
El objetivo es doble: por un lado, una compañía de origen familiar cuando sale a bolsa busca autodisciplinarse, forzarse a entrar en procedimientos, en una management profesional, cierto rigor, abrir capital a accionistas nuevos y además puede existir una variación en el accionariado. Por otro lado, permite poder acometer proyectos que por su tamaño, dimensión o por la velocidad que requieren no se puede hacer con los recursos de una familia y necesitas obtener esos recursos del mercado.
¿Ya tienen localizados esos objetivos a financiar en el largo plazo?
Sí, la mayor parte de la inversión la vamos a destinar a una serie de productos que hemos desarrollados y que ahora tienen que pasar a fases productivas de mayor volumen. Son polímeros biodegradables y compostables, son plásticos que tienen su apariencia pero que realmente no lo son. Es como si cogiera un trozo de madera y lo cociera como un caramelo y sirve para aplicar soluciones en un problema que es obvio en los plásticos de vida corta. Todos pensamos en bolsas pero hay muchos más productos.
¿Cuáles son las vías de crecimiento de la compañía?
El crecimiento que hemos tenido ha sido básicamente crecimiento orgánico y la inversión que tenemos está pensada para este tipo de crecimiento. Esto no quiere decir que descartemos el crecimiento inorgánico, hay bastantes pequeñas empresas, sobre todo tecnológicas, repartidas en Europa que tienen buenas ideas y soluciones para dar soluciones a plásticos compostables y biodegradables pero que no han dado el paso de llevar los productos a una escala más industrial.
¿Qué posición ocupa la compañía en el sector?
Si fuéramos a mirar los competidores, en plásticos tradicionales tenemos una posición bastante escasa. Los players más importantes son compañías de posicionamiento internacional, de hecho Kompuestos vende entre el 60-70% de la fabricación internacionalmente con lo que mis competidores no están en España sino que compito a nivel mundial.
La compañía cerró 2018 con una cifra de negocios de 40,3 millones y EBITDA de 3,7 millones. ¿Qué previsiones maneja para 2019?
2019-2020 tiene un horizonte curioso pero incluso teniendo un entorno que no es del máximo crecimiento, podemos estar en magnitudes de crecimiento del 20% porque es lo que hemos hecho en el pasado, incluso en momentos de crisis económica generalizada. Esto es porque usamos un producto que cada vez se utiliza más. Tenemos todavía una carrera por delante enorme. El hecho de que el mercado crezca un 2-3% a efectos prácticos a nosotros nos da igual.
Hablaba de los plásticos inorgánicos, ¿cuáles son las diferentes líneas de negocio de la compañía y cuánto pesa cada una?
Ahora mismo tenemos tres líneas de negocio: 1) productos y aditivos tradicionales, compuestos para que los plásticos duren. Este fue el origen de la compañía. 2) compuestos para utilización más racional del plástico, que hay amenos huella de carbono. Esto se ha difundido mucho en la última década y actualmente supone un 60% de nuestra línea de negocio 3) Productos biodegradables y compostables, que esperamos que sea un 20-30% del negocio en próximos años.