El mercado global de IA está experimentando un crecimiento exponencial. Según información pública se espera que este mercado, en salud, alcance los $208.2 mil millones para 2030, con una tasa de crecimiento anualizada del superior al 35%, lo que refleja el enorme potencial que las empresas y los inversores ven en la aplicación de la IA en este sector.
La implementación de soluciones de IA en el sector salud promete generar ahorros sustanciales tanto para hospitales como para los sistemas de salud. Un estudio de Accenture estima que la IA podría generar ahorros de hasta $150 mil millones anuales para el sistema de salud estadounidense en 2026, o de 12,5 mil millones de libras para la NHS, con aplicaciones que van desde la optimización de la cadena de suministro hasta la mejora en la precisión diagnóstica. Y los hospitales también están experimentando estos ahorros pudiendo reducir hasta un 50% el coste de la atención al paciente con herramientas para la gestión de citas y flujos de pacientes, por ejemplo.
Estas aplicaciones no hacen más que extenderse a campos tan importantes como el diagnóstico por imagen, con algoritmos que son capaces de analizar imágenes médicas y detectar anomalías con mayor precisión y rapidez que los radiólogos humanos. Medicina personalizada a través del análisis de datos genómicos que permiten desarrollar terapias personalizadas para enfermedades raras o cáncer. Otro ejemplo sonado es la aplicación de la IA en cirugía robótica, de la mano de Intuitive Surgical y su sistema da Vinci, que lidera el campo de la cirugía asistida por robots, mejorando la precisión y reduciendo el tiempo de recuperación de los pacientes.
Las tendencias del mercado de IA en salud están evolucionando rápidamente, reflejando tanto los avances tecnológicos como las cambiantes necesidades del sistema sanitario. La combinación de Big Data e IA está permitiendo a los investigadores y profesionales de la salud obtener conocimientos más profundos y precisos a partir de conjuntos de datos médicos enormes. Es por eso que se está invirtiendo en infraestructuras de datos robustas que pueden alimentar esos algoritmos cada vez más sofisticados, llevándolos al desarrollo de modelos predictivos más efectivos que permiten anticipar brotes de enfermedades, identificar pacientes de alto riesgo o personalizar tratamientos con un nivel de precisión sin precedentes. Por otro lado, el uso de edge computing, está ganando terreno. Esta tecnología permite procesar datos cerca de la fuente, en lugar de enviarlos a centros de datos centralizados. En el contexto médico, se traduce en dispositivos médicos inteligentes capaces de realizar análisis complejos en tiempo real. Por ejemplo, monitores cardíacos que pueden detectar arritmias instantáneamente o dispositivos de imagen que pueden identificar anomalías durante un escaneo.
Sin duda, la IA está revolucionando el sector de la salud, ofreciendo soluciones innovadoras que prometen mejorar la calidad de la atención médica y reducir los costes sanitarios. Con elevadas inversiones en un mercado de rápido crecimiento y aplicaciones cada vez más versátiles y sofisticadas, la IA se está convirtiendo en una herramienta indispensable del sector. El potencial de disrupción y creación de valor es enorme, por lo que aquellas compañías que sean capaces de seguir mejorando estas herramientas e integrarlas de forma efectiva en su negocio, sin duda, serán las ganadoras del doble beneficio que generan, el económico y el social, y que las posicionará de forma exitosas para poder capturar una parte sustancial del valor que crean.
La mejor forma de ser partícipe de estos avances como inversor, es hacerlo a través de un vehículo diversificado en la cadena de valor del sector salud que invierta en esas compañías que se benefician y son actores principales de esta tendencia. Un ejemplo de ello es el fondo Renta 4 Megatendencias Salud a través del cual podremos capturar estas oportunidades y beneficiarnos de las mismas.