Después de 3 años de pandemia China volvió a abrirse al mundo. El año pasado el Gobierno chino introdujo medidas para apuntalar el sector inmobiliario y también redujo las restricciones normativas a las empresas tecnológicas, y mantiene ambiciosos objetivos de crecimiento. ¿Está el país en una posición lo suficientemente sólida y estable como para lograr un fuerte repunte?
Después de 3 años de pandemia, China se encuentra en una posición lo suficientemente sólida y estable para lograr un fuerte repunte. Lo hemos visto en las ciudades más grandes, donde la gente ha vuelto a la normalidad muy rápido, y ha sido más discreto en otras ciudades más pequeñas. Durante el período Covid la tasa de ahorro aumentó de manera importante, y los ciudadanos chinos están deseando volver a viajar e ir a bares y restaurantes.
Si hablamos de mercados emergentes no podemos dejar de hablar de India. El país asiático ha iniciado una apertura prometedora que ha despertado el interés de los inversores. ¿Puede India convertirse en la nueva China?
India podría convertirse en la nueva China, pero el Gobierno indio tiene todavía mucho trabajo por hacer en materia de infraestructuras y oportunidades para los ciudadanos en cuanto a vivienda, educación y atención sanitaria, por ejemplo. Las reformas llevadas a cabo por el primer ministro Modi desde que fuera elegido en 2014, están logrando resultados muy alentadores, y son muchas las empresas que ahora invierten en el país, algo que desde el punto de vista del empleo es muy alentador, pero también porque India quiere ver que los productos que consumen también se producen localmente. Además, las empresas indias están invirtiendo en tecnología eólica y solar, algo altamente beneficioso para la economía y para la reducción de las emisiones de carbono.
Otro de los temas que cobran máxima relevancia cuando hablamos de mercados emergentes, es la aplicación de criterios ESG. La inversión bajo criterios ESG se está desarrollando paulatinamente en todo el mundo, pero lo cierto es que los avances regulatorios europeos chocan con la falta de normativa en otros lugares. Sin embargo, su fondo es Artículo 8, ¿cuáles son las claves que hacen diferente su proceso ESG?
La clave de nuestro proceso ESG está en el compromiso que establecemos directamente con las empresas. Desde que lanzamos la estrategia, hace más de 10 años, debatimos con las compañías los factores ESG, al igual que las cuestiones operativas o financieras, y así obtenemos mucha más información. Las compañías son cada vez más conscientes de la importancia de facilitar información que muy a menudo tienen pero simplemente no publican. Durante nuestras conversaciones con las empresas conseguimos una idea mucho más clara de dónde ven las oportunidades de inversión para mejorar la gobernanza corporativa, sus prácticas sociales y los factores medioambientales, como la adopción de energía solar e iniciativas de reciclaje.
Muchas empresas producen buena información que permiten evaluar sus iniciativas en materia ESG. En nuestras conversaciones con ellas destacamos los beneficios que para nosotros como accionistas, y para el resto de accionistas también, tiene la publicación de esa información. El hecho de que muchas empresas lleven a cabo muy buenas prácticas a nivel internacional incentiva a las empresas nacionales, que pueden evaluar a sus equivalentes internacionales.
¿Nos puede poner un ejemplo?
Hace poco mantuvimos una conversación con una empresa china de consumo interesada en proporcionar más información en materia ESG, y se mostraron muy interesados en nuestro trabajo en torno a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Nuestra labor anima a las empresas a considerar las iniciativas internacionales y proporcionar información muy útil a los inversores.