Las caídas de Bitcoin hasta niveles de soporte se producen en consonancia con las del resto de los mercados tradicionales, a pesar de que los nuevos gravámenes americanos y el comercio mundial no inciden directamente en el universo cripto. Este contexto ha generado una ola de miedo y pánico entre los inversores, especialmente ante el entorno macroeconómico global, donde las políticas arancelarias impulsadas por Donald Trump han despertado temores sobre una posible desaceleración del comercio internacional. Aunque el mercado cripto no está directamente correlacionado con el comercio global, sí se ve arrastrado por la caída general de los activos de riesgo, como el S&P 500 y el NASDAQ 100, que acumulan fuertes retrocesos.
Oriol Blanch desde Bitvavo, considera que el problema de fondo no es tanto político como estructural, y señala a la deuda de Estados Unidos como el verdadero foco de preocupación. El tema de los aranceles sería más bien una herramienta de presión para conseguir ventajas negociadoras o para influir en las decisiones de la Reserva Federal. A pesar de la presión en los mercados, se están empezando a ver ciertos flujos positivos: algunos hedge funds están realizando compras selectivas, aunque la volatilidad sigue elevada y hay señales de manipulación.
En cuanto a la estrategia, se insiste en que lo más importante es la gestión del riesgo. Aunque se pueden cometer errores en la previsión o en los escenarios, no se debe fallar en cómo se gestiona el capital. Para quienes buscan aprovechar la caída, una posible vía es el enfoque del “dólar cost average”, es decir, invertir de forma escalonada y prudente en zonas de soporte, especialmente en activos con valor como Bitcoin. Para quienes están atrapados en niveles altos, se recomienda revisar la estrategia inicial: si era una inversión a largo plazo y los fundamentos se mantienen, puede ser momento de aguantar o incluso reforzar la posición. Si la inversión fue emocional o basada en activos sin fundamentos, podría ser el momento de rebalancear hacia activos más sólidos.
Bitcoin ha mostrado mayor resiliencia que Ethereum y las altcoins, muchas de las cuales han entrado en mínimos preocupantes. Las altcoins más débiles o especulativas deberían evitarse, mientras que aquellas con propuestas de valor claras y adopción real, como Ethereum o XRP, podrían ofrecer oportunidades a medio plazo. En cualquier caso, se sugiere una mayor exposición a Bitcoin como activo más sólido en contextos de incertidumbre.
Finalmente, Oriol comparte desde la Paris Blockchain Week que la industria se está profesionalizando, con foco en la tokenización de activos y la regulación de stablecoins. Empresas como Circle, que planea cotizar en bolsa, y el respaldo político a este tipo de activos por parte de figuras como Trump, apuntan a una evolución hacia un mercado más maduro y de utilidad real, alejándose del enfoque puramente especulativo que dominaba en ciclos anteriores.
La reflexión final es clara: revisa tu estrategia, entiende bien en qué estás invertido, prioriza activos con fundamentos y no tomes decisiones desde el miedo. En momentos de crisis, se pueden encontrar oportunidades, pero solo si se sabe gestionar el riesgo adecuadamente.
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