Desde un punto de vista de actividad económica, inflación y política monetaria, ¿qué evolución veis en esta última fase del año?
La situación no es la mejor para pronosticar un escenario base a día de hoy. Nosotros asumimos tres supuestos. El primero es desde un punto de vista geopolítico; la guerra de Ucrania lo que ha hecho ha sido subir el precio de las materias primas, lo que ha supuesto una cuestión muy importante a tener en cuenta. El segundo es la política fiscal, que creemos necesaria a día de hoy en Europa porque ya estamos viendo como EEUU incluso ha aplicado medidas fiscales en todos los tramos de su IRPF en un 7% deflactándolo. Por ultimo, la política monetaria, donde vemos tipos al alza pero no sabemos durante cuánto tiempo y de qué manera. Con esos tres supuestos podemos escenificar un escenario base fundamentado sobre todo en un crecimiento global ralentizado, que puede llegar a una recesión en determinadas economías, y por otro lado vemos como la inflación será alta durante unos trimestres, veremos a ver durante cuánto tiempo y cómo va a afectar la política monetaria a esa inflación. Y el último factor es un dólar fuerte frente a distintas economías. Por tanto, a día de hoy, nos encontramos en una esquina del ring donde tenemos que ir aguantando el golpe para poder salir y empezar a tener un resultado más agradable para la economía y para todos nosotros. No es un escenario muy agradable pero sí esperanzador.
Desde el punto de vista de lo que más nos preocupa actualmente, que es la inflación, ¿qué podemos esperar de ella para el año 2023? ¿Y del crecimiento?
Desde un punto de vista de presiones de inflación, cuanto más tiempo veamos una inflación elevada menor probabilidad vamos a darle a un aterrizaje suave de la economía, por tanto, es un factor clave. Vemos como el foco de la inflación se ha ido moviendo a lo largo de todo este año, al principio era un foco más en los bienes, ahora estamos viendo una subida manera más generalizada en el sector servicios, pero nosotros pensamos que puede haber otra inflación a tener en cuenta que es la inflación de los precios de las viviendas, que todavía no está reflejada, porque existe un decalaje entre el precios de las viviendas y su reflejo en la inflación. Por tanto, esa última pata pensamos que es la que falta y preocupa, y sobre todo de EEUU, aunque no hay que olvidar que el resto del mundo va a rebufo del país norteamericano. La Fed está fuerte a la hora de aplicar medidas restrictivas, lo que afecta sobre todo a la existencia de tensión en los mercados financieros. No obstante, En EEUU a día de hoy nos encontramos en una situación más favorable, en mejor forma por parte de las familias y de las empresas para afrontar una crisis como la actual, porque tienen una deuda menor que hacer diez años y unos ahorros mayores, por tanto pueden afrontar esta crisis de una mejor manera, con lo que aunque la situación siendo preocupante es más favorable.
¿Qué implica esta situación para los mercados financieros?
Nosotros vemos dos riesgo a día de hoy, uno positivo y otro negativo. El factor negativo es que un frenazo de la economía puede venir provocado por una pasada de frenada de las subidas de tipos de la Fed, que pueda afectar a esa ralentización de la economía y traducirse en una mayor recesión durante un período más prolongado. Por tanto, esa situación es preocupante. Los bancos centrales a nivel global son los que tienen esa batuta para poder balancear los efectos que pueden tener en la economía real, con ese decalaje que puede siempre suele tener. El factor positivo de todas esas medidas sobre la economía es que puedan ejercer menor presión sobre las materias primas, por dos factores: el primero por una menor demanda de los bienes y servicios que haga que la inflación baje, y el segundo por un fin en el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia. De tal manera que uno de estos dos factores pueden retroalimentarse y pausar un poco las aguas del actual escenario. Pero esto no significa que las oportunidades hayan desaparecido, sino todo lo contrario, existen y los inversores tienen que seguir estando invertidos en renta variable. A día de hoy, aunque es muy complicado invertir en renta variable, nosotros tenemos dos ideas. La primera es invertir en el sector salud, un sector defensivo, con fijación de precios, con crecimiento, donde hay compañías saneadas que buscan negocios con futuro prolongado...; y en este sentido, el AB International HealthCare es nuestra apuesta, una alternativa que busca compañías bien gestionadas. El segundo sería, de forma más global, enfocarnos en compañías con menor beta, con menor volatilidad, a través del AB Low Volatility Equity, un fondo que busca calidad, estabilidad y precio, y busca una subida participación en las subidas de un 90% y mitigar las caídas en un 70%. Por último, en renta fija el producto es el AB American Income, que tiene una TIR que supera el 10% a día de hoy, y de una manera agregada puede invertir en todo el espectro de la renta fija americana; hablamos de unas duraciones de 4-5 años, por tanto es un momento idílico, ya que estamos, digamos, en la cima de esa subida de tipos y cuando lleguemos ahí en un buen momento de entrada en el mercado americano de renta fija.