El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, habló frente al Congreso y finalmente dejó de lado un posible aterrizaje suave ante la normalización monetaria y reconoció que una recesión es "ciertamente una posibilidad".
Los temores a que finalmente se materialice ese escenario ya se están notando en los mercados. Una recesión o, al menos, una ralentización económica (que ya se da por segura) afectarán a la renta disponible y con ello a la demanda y al consumo final.
Esto a su vez se va a trasladar en una disminución de los precios de las commodities, lo que podría cerrar el círculo, aliviando el problema de la inflación y permitiendo bajar tipos más adelante.
Hoy estamos viendo de nuevo retrocesos para los precios del petróleo. En la primera parte de la cotización de las bolsas europeas de este jueves, los futuros del Brent ceden un 1,49% hasta los 110,11 dólares y los futuros del West Texas restan un 1,59% hasta los 104,48 dólares.
¿Cómo afecta la bajada del petróleo a las perspectivas sobre Repsol?
Según apunta José Lizán, gestor de Magnum en Quadriga, las perspectivas sobre Repsol siguen siendo positivas, dado que la empresa ha organizado sus previsiones y su plan estratégico contando con un petróleo en 60 dólares, por lo que cualquier precio superior beneficia a la compañía. Desde Quadriga, esperan que el petróleo se estabilice en los 80 - 90 dólares el barril.
Por eso, Lizán considera que Repsol en el entorno de los 13 euros es más una compra que una venta y que hay que aprovechar estas caídas para posicionarse en el valor, porque espera que presente unos próximos resultados muy positivos. Por la parte alta, señala que el valor puede tener un techo en los 15 - 16 euros.
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