Los rendimientos alemanes bajaban el miércoles, después de haber subido el día anterior, ya que la falta de respuesta a la reciente revalorización del Bund por parte del Banco Central Europeo la semana pasada alimentó una nueva presión de venta en los mercados de deuda pública de la zona del euro.
Algunos analistas sostienen que la incertidumbre sobre las perspectivas de la política monetaria deja a los tipos de la zona del euro más expuestos a los efectos de contagio de los mercados extranjeros, principalmente de los de Estados Unidos.
La atención de los inversores sigue centrada en la inflación, mientras que un indicador clave de las expectativas de precios a largo plazo superó el martes el 2,41%, para alcanzar su nivel más alto desde 2012.
Los precios de producción alemanes subieron un 30,9% en marzo, reflejando por primera vez los efectos de la guerra en Ucrania.
El rendimiento de la deuda pública alemana a 10 años, la referencia del bloque, bajaba 1,5 puntos básicos (pb) hasta el 0,904%, después de haber alcanzado el martes su máximo desde julio de 2015, en el 0,961%.
Y en este entorno, la inflación sigue siendo un punto de preocupación y mientras la Reserva Federal endurece el tono, el BCE sigue en una actitud de calma. Según explica José Lizán, gestor de Magnum Sicav de Quadriga, hay una dicotomía entre ambas economías. La Fed tiene ante sí una economía "recalentada" que tiene que controlar.
Mientras, el BCE tiene como principal tarea controlar la inflación y no tanto preocuparse por el crecimiento. "El riesgo que tiene el BCE es que la inflación se enquiste".
Esta semana ha comenzado también la temporada de presentación de resultados. Unas cuentas que todavía no registran todo el efecto del conflicto de Ucrania, dado que son cuentas del primer trimestre y la invasión rusa comenzó el 24 de febrero.
En este sentido, el experto cree que las compañías que más impactadas se verán por el conflicto van a ser las del sector industrial. "Todo el impacto de commodities y de la energía afecta a la industria pesada", firmas que todavía no están presentando sus cifras. Ahí es donde se verá la erosión en márgenes y "la mayor merma para el accionista". Por eso es un sector en el que "estaríamos más cautos".
También espera Lizán un buen comportamiento en el corto plazo de los valores tecnológicos, para después volver a recortar terreno, dado que considera que hay valoraciones que no se sostienen con las próximas subidas de tipos, por lo que aprovecharía las alzas para deshacer posiciones.