Las tensiones comerciales entre China y EEUU, Irán, el Brexit, el petroleo... Son numerosos los motivo de preocupación que amenazan la evolución de los mercados bursátiles en las semanas previas al verano.
Si bien hay que fijarse en estos factores, también debemos tener en cuenta los motores a largo plazo de los mercados de renta variable: los beneficios (y los márgenes) empresariales. Las compañías cotizadas se valoran descontando la suma de sus flujos de efectivo futuros. Esto ayuda a explicar la volatilidad de los mercados de renta variable, ya que el futuro es incierto.
Gestión de costes
Después de un 2018 especialmente positivo para los beneficios empresariales en Estados Unidos, se prevé que aumenten en torno al 4% en 2019. En los mercados europeos, que no han crecido tanto, los analistas esperan que el crecimiento sea ligeramente superior al de Estados Unidos. Desafortunadamente, estos mismos analistas son a menudo demasiado optimistas. Por lo tanto, es muy posible que los beneficios disminuyan en 2019 en comparación con los vistos en 2018.
Los beneficios vienen determinados principalmente por el crecimiento de los ingresos, pero también por la forma en que las empresas gestionan sus costes. Estos costes se componen de varios factores, como el coste de la compra de materiales, salarios, costes de explotación e intereses, así como los impuestos.
La tasa de inflación baja
Desde el comienzo de la recuperación de la crisis financiera de 2008, los márgenes han aumentado en todos los países desarrollados, impulsados por uno niveles bajos de inflación y de financiación de la deuda, así como porla caída de los precios de los productos básicos y el aumento de la productividad de las empresas gracias a la tecnología. En consecuencia, los participantes en el mercado están cada vez más preocupados por el hecho de que los márgenes hayan alcanzado su nivel máximo y estén volviendo a su media a largo plazo. Sin embargo, una disminución tanto de los margenes como de los beneficios suele ir acompañada de una disminución de los mercados de renta variable.
Entonces, ¿están los márgenes condenados a disminuir? En ciclos anteriores, los márgenes han disminuido en general, debido a una mayor inflación (debido a diversos factores como los salarios o los precios de las materias primas). Estos incrementos inflacionarios llevan a la intervención de los bancos centrales terminando así el ciclo económico (o el ciclo de beneficios). Además, pueden añadirse incrementos fiscales o cargas de intereses, ya que los cambios políticos o las crisis económicas y financieras generan mayores costes para las empresas y reducen el crecimiento económico.
Factores de mantenimiento de márgenes
¿Es diferente el ciclo actual? Los mercados tienden a volver a los promedios a largo plazo, ya que la mayoría de los ciclos se desencadenan normalmente por fuertes tendencias. Quizás la idea más peligrosa en los mercados financieros es asumir que el período en cuestión es diferente de los que le precedieron. Sin embargo, hay algunos factores que pueden mantener los márgenes en un nivel alto (en términos históricos) durante más tiempo que en ciclos económicos anteriores. Se trata de la creciente importancia de la tecnología, especialmente del software, y también de la globalización de la economía.
No es sorprendente que la tecnología desempeñe un papel más importante en la economía mundial en 2019 que en 1980 por ejemplo. Mientras que la mayoría del hardware tecnológico está sujeto a la ley de Moore y el software probablemente ofrece el modelo de negocio más escalable de la historia, los márgenes de beneficio aumentarán estructuralmente con el tiempo, asumiendo que se invierta una parte cada vez mayor en tecnología (un fenómeno que es claramente evidente en los Estados Unidos pero también en China). La composición del índice S&P500 muestra que la tecnología de la información es actualmente el sector más importante, con un 21% del mercado, frente a sólo un 6% en 1990. Además, la economía se centra cada vez menos en la fabricación de bienes y más en los servicios, que tradicionalmente proporcionan mayores márgenes a sus productores.
Rizar el rizo
La globalización, y todas las repercusiones políticas que está teniendo en la actualidad, también han contribuido a aumentar y mantener los márgenes. Los trabajadores asalariados tienen menos poder de negociación y se renuevan desde las regiones más baratas del mundo, todos estos factores mitigan o incluso eliminan la principal amenaza para los márgenes corporativos; la inflación. Como resultado, se espera que los márgenes se mantengan altos durante más tiempo que en ciclos anteriores.
Sin embargo, para cerrar el círculo, debemos mencionar el impacto de la guerra comercial. Claramente, uno de los principales objetivos políticos de la Administración Trump es limitar o reducir la globalización mediante la repatriación de empleos y actividades económicas de China a los Estados Unidos. Esto dará lugar a una serie de activos obsoletos, ya que las empresas que han invertido en activos productivos vean disminuir su valor. Mientras que la inflación directa de los aranceles, tanto los actuales como en los propuestos, será modesta (según el estudio reciente más influyente, el índice de precios al productor aumentó un 1% en 2018, mientras que el índice de precios al consumidor aumentó un 0,1% en 2018, o incluso un 0,5% si todas las importaciones chinas están sujetas a un arancel del 25%), el impacto a largo plazo sería en la reestructuración de las cadenas de suministro mundiales: Las economías tendrán entonces mayores dificultades para obtener productos básicos a menor coste y, por lo tanto, se verán condenadas a costes más elevados.
En conclusión, creemos que la amenaza inflacionaria (el enemigo tradicional del ciclo de beneficios empresariales) ha perdido gran parte de su poder, debido, en parte, a los avances tecnológicos. Sin embargo, algunas decisiones geopolíticas podrían tener efectos a largo plazo. Las empresas tendrán entonces que reaccionar ante los cambios políticos que limitarán su capacidad para mantener la presión de los costes.