María Dolores Dancausa ocupa desde el pasado marzo el puesto de Presidenta no ejecutiva de Bankinter, tras ejercer durante más de una década, desde 2010, como Consejera Delegada de la entidad. Pese a su largo recorrido en el mundo financiero, sus primeros pasos profesionales tuvieron lugar en el sector jurídico, por tradición familiar. Con toda la experiencia y estudios a sus espaldas, la directiva afirma que “la mejor escuela es llevar el negocio” y conocer todas las facetas de la actividad empresarial, un proceso que se lleva a cabo “día a día”.
Define a Bankinter como un banco “muy especial y diferente”, cuya diferencia la marcan las personas, que se caracterizan por ser gente “muy comprometida y con una visión a largo plazo”. Así mismo, y recalcando esta idea, afirma que gracias al trabajo de todos estos agentes, “Bankinter es un banco más rentable, más sólido y más eficiente”.
Cuando llega a Bankinter en 2010, en plena crisis económica y financiera, se propuso tratar de invertir la tendencia de los resultados, consiguiendo una mejora gradual de los beneficios. “Nos focalizamos en aquellos segmentos donde nuestra propuesta era reconocida y valorada en el mercado”. La directiva asegura que fueron unos años muy difíciles, pero gracias a esos ajustes, “salimos muy bien parados y fortalecidos”.
Otro de los retos más importantes de su carrera profesional tuvo lugar en 1994, cuando, estando en Bankinter, le encomiendan participar en la puesta en marcha de un proyecto como Línea Directa, con un modelo de negocio nuevo y un tanto revolucionario para la época, al que el mercado, señala, reaccionó positivamente, a pesar de los fracasos que les auguraban. Precisamente, la clave del éxito del proyecto fue, según sus palabras, “la fe y confianza en ese proyecto, pese a que todo lo teníamos en contra, porque nadie creía en ello”. La gestión en la pandemia del Covid también supuso uno de sus principales retos. “Mantener la actividad, mantener la tensión, ante esa incertidumbre que teníamos… sentíamos que no estábamos preparados”.
Entre sus mentores destaca la figura de Jaime Botín, fundador de Bankinter en 1965. “Ha sido fundamental en mi carrera profesional. Además de su experiencia en banca, tenía una sabiduría diferente y tuve la suerte de recibir muchas de sus enseñanzas”.
Para María Dolores Dancausa, Bankinter es sinónimo de innovación en el sector financiero, algo a lo que se ha llegado gracias a una cultura propia de la entidad, basada en un funcionamiento distinto al del resto de bancos. Por lo tanto, explica, el uso de la tecnología se encuentra asimilado desde el primer momento, “y es algo por lo que siempre hemos apostado”. Esto les permite reconocer aquellas tecnologías que pueden ser útiles para mejorar el negocio y para que el banco sea competitivo y sostenible en el tiempo. “Hemos captado talento muy centrado en gente con capacidad de innovar, y hemos estimulado a que cada una de las personas se sienta libre de poder adoptar decisiones que puedan considerarse disruptivas. Es una ventaja que tenemos”.
Pone también la Inteligencia Artificial o el “blockchain” como ejemplos de necesidades de adaptación en la relación con los clientes, así como la incorporación de los criterios ESG o el desarrollo de la ciberseguridad, elementos que se antojan cruciales para el correcto funcionamiento del negocio, que pueden incluso seguir ganando importancia y que obligan a innovar continuamente.
Eso sí, algo que la dirigente cambiaría para que el banco y el sector pueda continuar evolucionando es el exceso regulatorio. “Si los reguladores traspasan una determinada línea, nos paralizan la actividad, y eso es algo que hay que revisar”.