A pesar de los datos que he mencionado, ustedes creen que todo esto es una suerte, ¿por qué?

Ese es el motivo que nos llevó a Antonio Huertas y a mí. Solo hay datos malos al respecto de la situación económica y la edad pero por qué va a ser malo que vivamos más años, con más salud y que las personas que hoy tienen más de 70 años parece que tengan 50 años. Es malo porque nos concentramos simplemente en hacer proyecciones económicas con una mentalidad antigua, basada en que vivíamos 75 años, cuando vivimos 90 años, mínimo. Eso supone una tecnología que nos ha hecho vivir más años y eso hay que intentar trasladarlo a la economía real. Esto significa que las personas viviremos más años, tendremos más salud y  vamos a poder seguir trabajando, aportando, podremos consumir y habrá muchas industrias alrededor del envejecimiento. Eso salvará el sistema de pensiones por eso el libro es optimista.

¿A qué se referien cuando hablan de economía del envejecimiento?

 

Economía del envejecimiento son el conjunto de oportunidades que pueden surgir en una sociedad longeva. Viviremos muchos más años, con más calidad de vida y habrá que inventar nuevas industrias y nuevos servicios para los mayores. Prácticamente hoy ya la mitad del consumo está protagonizado por mayores de 50 años, hoy estamos en algo más de 20% de personas mayores y en nada llegaremos al 40%. Esas personas necesitan productos y servicios adecuados, hay que reinventarlos: temas como salud, ocio, vivienda, urbanismo, tecnología o educación. Todos estos verticales es una nueva economía que hay que inventar  para dar servicio a los mayores y donde habrá oportunidades si tomamos las decisiones adecuadas como países, ciudadanos y empresas.

¿Cuál es el papel que tiene que cumplir la empresa en toda esta transformación que va a sufrir la sociedad y la economía en su  conjunto?

La empresa es un gran invento y de las herramientas que más han hecho por el bienestar del ser humano. Nos da trabajo, nos permite socializar, consumir, ser útiles y la empresa seguirá siendo clave en la economía del envejecimiento pero tenemos que adaptar las eestructuras d las emprsas y permitir otro tipo de contratos consiguiendo que se les quite el velo a algunos directivos y directivas respecto a la edad. Ser mayor no significa que no puedas ser útil, eres más resiliente, tiene más contactos, más experiencia y una mayor capacidad de resolver problemas y por eso las empresas deben seguir contando con los mayores. Quizás en otras fórmulas pero a las compañías con mayores les irá mejor por eso apostamos por una economía de los mayores también en el mundo empresarial.

Usted es de los mayores expertos en España en transformación digital. Asistimos a un momento en que los mayores se quejan de la desaparición de  las oficinas bancarias al tiempo que los bancos tienen que asegurar su viabilidad. ¿Qué impacto tendrá el envejecimiento de la población en la evolución del negocio de los bancos españoles en próximos años?

Tendrá un impacto sin duda pero será positivo porque llegar a mayores significa tener finanzas, es decir, que la edad media de jubilación  o los años que percibías una jubilación hace 15 años eran 6 años y hoy son 22 años que tienes que vivir sin trabajar y eso solo se consigue con ahorros y productos financieros. Hay que sofisticar los productos financieros y no solo hablamos de la hipoteca inversa, es decir, que tu casa se convierta en una renta vitalicia sino en otro tipo de ahorros y productos financieros para invertir. Ahí los bancos tendrán que ver oportunidades y además la digitalización avanza como también lo hace la cultura de los usuarios de la banca.

¿Cuál es el papel que tendrán las opciones de inversión teniendo en cuenta que con este envejecimiento de la economía el sistema de pensiones actual que es insostenible?

Cuando se habla de ahorro existen tres pilares: el pilar público, que nosotros defendemos y creemos que es imprescindible seguir avanzando en unas pensiones públicas y sanear el sistema, en segundo lugar está el ahorro privado que seguirá sofisticándose y haciendo nuevos productos pero hay un tercer pilar, y es ahí donde quiero insistir, que es el ahorro que las empresas pueden hacer con los trabajadores. Sistemas de afiliación automática, sistemas como el inglés o el alemán donde las empresas ahorran contigo para tu jubilación y que ya en el País Vasco, con las EPSV tenemos, son una vía que hay que explorar y por la que apostamos.

¿Cómo va a modificar todo esto el panorama actual si vamos hacia sistemas como los que hay en Europa o el anglosajón?

El cambio de la economía, el cambio digital y el de la edad exige cambiar nuestro sistema de previsión y por qué no buscar un sistema que complemente lo público. Hay que apostar por lo público pero complementarlo desde las empresas es una vía de solidaridad.

Usted coescribe este libro con Antonio Huertas, presidente de Mapfre, una de las mayores aseguradoras del país. Es normal que en una situación como la actual de envejecimiento poblacional tanto bancos como aseguradoras se vean beneficiados. Más allá de los planes de pensiones, ¿Cómo se trasladan todas estas ventajas y oportunidades a la economía real?

La economía tiene que reinvertarse a la misma velocidad que está cambiando la sociedad y no puede quedar fuera de una sociedad que cambia mucho y muy rápido. Las costumbres han cambiado, no tenemos el mismo número de hijos, vivimos en varias ciudades, no queremos un coche en propiedad, lo compartimos y si cambia la economía la sociedad tiene que adaptarse si la economía no se adapta se quedará atrás.  Las empresas, las economías basadas en corporaciones tienen que ser capaces de  encontrar soluciones a los problemas y necesidades de las personas mayores. Y no podemos seguir pensando en las típicas residencias de ancianos o de la tercera edad cuando hablamos de cuarta o quinta edad. Hay que pensar en modelos que nos gusten a nosotros mismos cuando seamos mayores y por eso la industria del ocio, de la salud tiene que modernizarse y adaptar sus productos. Ahí todavía queda mucho camino por hacer. España tiene una oportunidad y puede ser uno de los países de referencia para la economía de los mayores.

9.36

Algún ejemplo de persona que actualmente cumple en el mundo de la empresa con el perfil de “viejenial”, término acuñado por Rober Pogue como aquellas personas que disfrutan de la juvenescencia a pesar de su edad…

Los espectadores pueden pensar en aquel que se estira más que tú en pilates y tiene 15 años más, el que te adelanta en la maratón, Mick Jagger en un concierto de los Rolling Stones, un concierto de Jazz y todos los señores de 50 años que están en primera fila… Pero si pensamos en el ámbito empresarial, hay muchos directivos que han creado su compañía con más de 60 años como Nicolas Hayek que creó Swatch, Carlos Slim que acaba de decir que la mejor edad de un directivo son 65 años;  Margarita Salas, la científica española en activo y entrando en la academia de mujeres científicas con 60 años… Hay cientos de ejemplos que podríamos situar en “jóvenes mayores” o “viejenials”.