El Banco Mundial redujo su pronóstico de crecimiento mundial para 2022 y 2023 y advirtió que un aumento de la inflación, la deuda y la desigualdad de ingresos podría poner en peligro la recuperación de las economías ¿Cuál es su valoración?
La perspectiva de crecimiento está muy relacionada con la perspectiva de inflación, básicamente porque parte del crecimiento que estamos experimentando es inducido por políticas monetarias y fiscales históricamente expansivas.
Uno de los problemas derivados de esta política es la acumulación de deuda, que es un problema para las generaciones futuras que no tiene por qué “morder” en el corto plazo mientras los estados sean lo suficientemente solventes. Nuestra sociedad se ha anestesiado tanto que piensa que si en el corto plazo la deuda no molesta, a largo plazo quien venga detrás que arree. Mientras eso no golpee hay cierta tolerancia social a seguir abusando de esas políticas de estímulo y eso refuerza el crecimiento, insano,pero crecimiento al fin y al cabo.
El problema es cuando esas políticas sí tienen efectos a corto plazo y tocan directamente el bolsillo de los ciudadanos y la forma más clara es la inflación, que se ha disparado a niveles históricamente altos. Y, si la inflación se mantiene - ya no hace falta a estos niveles sino en el 4-5%, los Bancos Centrales tendrán que actuar retirando parte de las políticas de estímulos y los gobiernos tendrán que actuar reduciendo sus déficits públicos. Y si retiran esos estímulos que están generando este crecimiento exuberante ése se moderará, de ahí que la inflación si se mantiene alta sea una amenaza para el crecimiento.
Estamos en un momento en que todas las economías desarrolladas tienen niveles de deuda pública por encima de su PIB, ¿cómo casa esto con un escenario de cierta restricción monetaria por parte de los Bancos Centrales?
La lucha contra la inflación debe ser conjunta por parte de las autoridades monetarias y fiscales. Si no hay coordinación e incluso subordinación de la fiscal a la monetaria la lucha contra la inflación que ejecute el banco central va a tener nula credibilidad. Si los inversores esperan que, llegado el caso, el Banco Central vuelva a flexibilizar su politica monetaria en caso de que sea necesario mientras los países siguen endeudándose, por mucho que endurezcas la política monetaria no será creíble como un compromiso contra la inflación. Por eso tiene que ir de la mano de la reducción del déficit público, para mejorar la solvencia de lo estados, mejorar la demanda de deuda pública como activo líquido. Además, la deuda pública tiene una “hermana pequeña” que es la moneda y la mejora de la solvencia de los estados tiende a mejorar la demanda monetaria y eso tiende a moderar la inflación. Pero si nada de esto sucede, por mucho que intentes controlar la oferta, si no controlas la demanda que viene influida por la credibilidad en la situación presupuestaria de los estados, generará inflación.
La crisis del Covid-19 ha sido especialmente grave para la economía española. Pero sería un error echarle la culpa de todos los problemas que tiene la economía, ¿dónde residen, a su juicio, los grandes retos que tiene la economía española y cómo se tendrían que resolver para volver al esplendor que antaño tenía nuestra economía?
España tiene un problema estructural desde hace tres décadas que es que su productividad está estancada. El crecimiento que ha tenido España en los últimos años se ha debido al aumento de la ocupación poco productiva. Ahí hay un reto para conseguir elevar la calidad de vida de la sociedad que es mejorar la productividad. Que entre más gente a trabajar está muy bien pero lo que permite elevar sosteniblemente y de manera provechosa para el bienestar de las personas es la productividad.
El otro reto, que es otro que se ha ido gestando desde 2007,es el endeudamiento público que pone potencialmente contra las cuerdas la solvencia de España. No olvidemos que en 2012 España estuvo a punto de quebrar, tal y como lo ha reconocido Luis de Guindos en sus memorias, con una deuda pública del 90% del PIB. Hoy está en el 120%. Este problema está relacionado con el anterior porque puedes reducir la deuda pública con superávits primarios, básicamente rebajando gastos o subiendo ingresos,y dedicando parte de ese exceso a amortizar deuda; o con crecimiento económico, porque de esa forma se muestra que el estado tiene una mayor capacidad de captación de recursos sin expoliar de una forma agresiva a la economía, y por tanto tienen más capacidad para hacer frente a la deuda pública.
Para crecer solo hay tres formas: más productividad, más empleo o más inflación, que es la forma a la que aparentemente están recurriendo los estados pero que tiene escaso recorrido porque si los inversores se convencen de que los estados están intentando retirar su deuda a través de la inflación, ajustarán sus tipos nominales al alza incorporando la expectativa de inflación y cada vez que el Estado quiera emitir deuda tendrán que pagar tipos más altos y no obtendrán una mejora real por esa vía. La forma sana es con crecimiento real, ya sea incorporando más mano de obra o con mayor productividad.
España recibirá en estos años dinero europeo procedente del conjunto de la Unión Europea. ¿Debería ya el Gobierno preparar un escenario de consolidación fiscal para saber qué hacer a medio plazo y lograr con ello la confianza del mercado y de las instituciones europeas? Unión fiscal en Europa, ¿tiene sentido en un momento como el actual?
Desligaría el tema de los fondos europeos de la consolidación fiscal porque los fondos europeos son finalistas, tienen que ser invertidos y no pueden ser utilizados ni para bajar impuestos ni para retirar deuda. Eso se tiene que gastar sí o sí y la clave está en gastarlo de la mejor manera posible aunque soy muy escéptico con la capacidad de cualquier gobierno de manejar a muy corto plazo cantidades de dinero tan ingentes. Aunque le diéramos 70.000 millones a Jeff Bezos o Elon Musk, que han demostrado su capacidad de gestión, no sabrían en qué invertirlos para hacerlo rentable con lo que si se lo damos a alguien que no ha invertido en el sector privado y que se somete a incentivos perversos por todos los lados (esto es una merienda de lobbys tratando de meter el cazo y el gobierno cediendo a las presiones relativas de los lobbys más cercanos), me hace ser escéptico. Además, si el gobierno hace como ha hecho el español un ejercicio deliberado de opacidad, de no transparencia y descontrol, las previsiones no son muy optimistas con respecto a la gestión adecuada de estos fondos.
En cuanto al plan de consolidación debería haberse hecho ya, no sé a qué esperamos para trazar un escenario de consolidación fiscal creíble a medio plazo.
En cuanto a la unión fiscal es más una cuestión política que económica. Soy muy contrario a la creación de un estado hiper centralizado en la Unión Europea, creo que eso es algo para lo que no existe consenso amplio en ningún país, ni siquiera en los países más europeístas. Sin embargo, hay muchas personas que están dispuestos a ceder en la centralización de esa unión fiscal a cambio de que nos sufraguen todos nuestros gastos. De este modo, la unión fiscal reduciría nuestra autonomía pero nuestra deuda y nuestro gasto estaría cubierto por el contribuyente alemán. Creo que esto de nuevo sería un error especialmente para los países más solventes porque se encontrarían con que los países menos solventes los esquilman quizás con la perspectiva de que la unión iba a consolidar una transición hacia una entidad política muy sólida pero se encontrarían con una ruptura de esa unión después de haber avalado gran parte de sus gastos y de sus deudas.
En alguna entrevista suya que he leído del año pasado habla de la necesidad de “abaratar “ el coste de la energía, en particular de la electricidad, pero es muy complicado que lo veamos en los próximos diez años, en que la mayor parte del recibo de luz son gastos ya comprometidos”. Son declaraciones de junio del año pasado, todavía no estábamos viendo esa presión en precios de la luz a la que estábamos asistiendo hoy. ¿Cuál cree que debería ser el modelo energético ideal a futuro?
Ahora tenemos un precio de la luz absolutamente desbocado que incluso va más allá de esa parte de la factura que está comprometida. El componente de la factura eléctrica que en 2020 apenas representaba el 20% ahora representa más del 50% porque se ha disparado el precio. Eso idealmente habría que intentar controlarlo pero no depende, a corto plazo, de ningún gobierno nacional, depende de la oferta y de la demanda mundial de gas. Hemos establecido un modelo de mercado eléctrico que utiliza como fuente de energía suplementaria el gas y éste está por la nubes, no sabemos cuándo comenzará a abaratarse porque depende de cuestiones geopolítcias que escapan del terreno estrictamente económico. Si hay perspectiva de que el gas se mantenga carísimo durante mucho tiempo, habría que pensar en fuentes de energía suplementarias alternativas a ese gas tan caro, porque además emite gases de efecto invernadero que es supuestamente lo que se pretende evitar con esa transición energética. La otra mitad de la factura son gastos que están comprometidos y que a lo largo de la próxima década irán desapareciendo, como la amortización del déficit de tarifa (que estamos en los últimos pagos, salvo que ahora la re inflen) y amortización de las energías renovables (que comenzarán a decaer en 2030-2031). Por lo tanto, dentro del panorama europeo no hay grandes esperanzas a que la luz se abarate, salvo que caiga el gas - que no depende de la UE - porque además la UE apuesta por un modelo de energía y electricidad cara y es bueno que la gente sepa que hemos apostado por un modelo energético caro y eso repercutirá en el bienestar de las familias, productividad, rentabilidad e inversión de las empresas.
Acabamos de comenzar el año con muchos factores de incertidumbre: omicron, inflación, cuello de botella en los suministros, subida del precio de la luz, normalización monetaria….y todas ellas afectan a la economía. ¿Cuál es la que más le preocupa en el momento actual?
Omicron no me preocupa especialmente, sobre todo en función de los datos que hemos ido conociendo sobre la gravedad de la variante, de hecho incluso podría ser beneficioso que se pudiera convertir en una cepa dominante y desplazar a las otras más agresivas. Me preocupa la inflación y todo lo que la rodea. El precio de la electricidad es un factor más dentro del alza inflacionista que nos está azotando, los cuellos de botella pueden ser causa o síntoma de la inflación y la normalización monetaria es una reacción a la inflación. Si la inflación se soluciona por sí sola, que es lo que muchos economistas esperan durante bastante tiempo, deberíamos asistir no más allá de la primera mitad de este año a una rebaja muy intensa de las tasas de inflación que lleve a que los Bancos Centrales se replanteen el itinerario de subidas de tipos. Si la inflación no emprende una trayectoria descendente y agresivamente a la baja en los próximos mes, los Bancos Centrales se plantearán subidas de tipos. En ese sentido, la FED ya lo ha hecho - de hecho el mercado descuenta hasta 4 subidas de tipos este año - aunque el BCE de momento no. Pero está obligado estatutariamente a mantener los precios en torno al 2% así que le guste o no tendrá que responder con subida de tipos. Ese el gran riesgo al que se enfrenta la recuperación actual.