¿Cuáles han sido los principales hitos de esta década para el grupo?
Tres principales. Primero, la puesta en marcha y superar la difícil situación del momento, la compañía se constituyó en 2006. Segundo, superar la puesta en producción, a pesar de haber contratado un ‘llave en mano’ con Siemens, sobre el zinc y su laminación hay poco escrito, somos pocos actores en el mundo, y costó. Y, finalmente, buscarnos un hueco en el mercado, dado que nuestros competidores nos recibieron ‘a bofetadas’.
Poco más de un mes como empresa cotizada, ¿qué supuso para la compañía el salto al MAB?
Evidentemente, hay un antes y un después. Ahora somos en torno a 700 accionistas, pero hasta el debut éramos cuatro amigos, socios fundadores. Y, desde luego, esto marca un hito, con una nueva hoja de ruta, de transparencia, de claridad, de buena administración, como la gestión de un buen padre de familia.
¿Cuáles son las principales ventajas? ¿Y desventajas?
La principal ventaja es que la empresa cotizada tiene una mayor visibilidad en los mercados, una mayor posibilidad de financiación, aunque también nos exige una mejor gestión y más transparencia. Inconvenientes, a día de hoy, no visualizo ninguno.
Están presentes en cerca de 40 países, ¿tienen en el radar ampliar su presencia geográfica? ¿Dónde ven oportunidades?
El mundo es muy grande y nuestro objetivo es estar en tres o cuatro países más cada año en los próximos 10 años.
Recientemente, han logrado la autorización para ampliar su planta de Lena. ¿Están interesados en ampliar sus vías de crecimiento, por ejemplo, a través de compras? ¿Ha despertado su interés alguna compañía?
La forma más rápida de crecer una compañía es comprar otras de su competencia o de su ámbito, esto no es fácil, pues somos pocos actores en nuestro sector, pero sí puedo apuntar que nuestros mayores competidores se han interesado por nosotros, pero Asturiana de Laminados – elZinc no está en venta, ni lo va a estar al menos mientras yo esté aquí.
¿Cuál es su visión del sector en general?
El sector en general tiene unas expectativas de crecimiento importantes. Está muy asociado a la arquitectura, los arquitectos que piensan en zinc solo quieren zinc, y si tienen esa oportunidad, porque sus clientes se la dan de colocar la piel del edificio con zinc lo van a hacer.
Asturiana de Laminados cerró el primer trimestre de 2017 con un beneficio de medio millón de euros e ingresos de 17,8 millones, ¿qué previsiones manejan para el resto del ejercicio?
Las previsiones son buenas, optimistas, estoy seguro que en el segundo semestre vamos a mejorar los resultados. Vamos a seguir en la línea que seguimos en los últimos años de crecimiento.
Mucho tendrán que decir en este sentido el precio del zinc, con unas materias primas constantemente a vueltas con el equilibrio oferta-demanda, ¿cómo ven el mercado?
El nuestro es un mercado muy exclusivo, especial, no es un mercado masivo como puede ser el acero o el aluminio u otros metales. Es un mercado muy particular, donde la arquitectura se interesa por este producto y trata de llevar su proyecto con zinc adelante, porque permite al arquitecto cualquier clase de geometría, le da mucho juego a la arquitectura y a la construcción. Y también es un producto de duración infinita.
¿Qué planes tienen en lo que respecta a la remuneración al accionista?
Yo veo legítimo que cualquier accionista sea remunerado en su inversión. No obstante, nosotros cumpliremos las obligaciones que tenemos con nuestros inversores y nuestros financiadores y, en la medida en que nos sea posible y lo antes posible empezaremos a repartir dividendos entre nuestros accionistas.
Llama la atención su participación en la segunda fase del proyecto de ampliación y rehabilitación del templo Chung Tai Chan de Taiwan, ¿qué nos puede contar de este proyecto?
Este es un templo situado en el centro geográfico de Taiwan. Estuve allí hace un mes y ya viaje hace dos años cuando se inauguró la primera ampliación. Nuestro zinc ha sido muy bien recibido en esa comunidad. Se trata de un gran templo, probablemente el mayor de Asia. Y ahora mismo tienen otros proyectos para hacer otros templos, uno en Florencia y otro en Canadá, y ya están empezando a hablar de colocar nuestro zinc.
Destacar también que los monjes que yo conocí allí son todos arquitectos, ingenieros, electricistas, fontaneros… todos son profesionales y ellos exigen los materiales, los productos, los eligen.