A medida que la Unión Europea se vuelve más estricta en materia de reciclaje, los inversores pueden encontrar nuevas oportunidades en el impulso por conseguir una economía circular. Europa se dirige a toda velocidad hacia una economía circular, con la que la UE espera no solo contribuir a la reducción de las emisiones de carbono sino también potenciar la competitividad global, promover el crecimiento económico sostenible y generar nuevos puestos de trabajo.
El reciclaje resulta importante a la hora de “cerrar el círculo” – creando una economía circular capaz de recuperar tantos recursos como sea posible. Los inversores jugarán un papel importante a la hora de materializar esta transición.
En 2018, la UE acordó endurecer sus objetivos de reciclaje de residuos, con el objetivo de incrementar el nivel de residuos municipales reciclados hasta el 55% en 2025, el 60% en 2030, y el 65% en 2035, al tiempo que la Directiva sobre Embalajes y Residuos de Embalajes (“Packaging and Packaging Waste Directive”) estipulaba que los Estados Miembros de la UE debían reciclar al menos el 70% de estos residuos en 20301.
A principios de 2020, la Comisión Europea lanzó su ambicioso Paquete de Economía Circular (“Circular Economy Package”), que incluye propuestas legislativas revisadas sobre residuos. La Comisión ha establecido objetivos claros de reducción de residuos así como un ambicioso plan de gestión de residuos, apoyados por una serie de medidas con el fin de hacer frente a los obstáculos actuales y potenciales para su implementación en los diferentes Estados Miembros de la UE.
Cerrando la brecha
Aunque el conjunto de la UE se esforzará por cumplir los nuevos estándares, en los últimos años algunos países europeos han logrado muchos más progresos que otros a la hora de desarrollar sus capacidades de reciclaje. Por ejemplo, el siguiente gráfico ilustra la magnitud de la diferencia en términos de rendimiento del reciclaje de los residuos municipales entre los diferentes países. En 2017, los porcentajes de reciclaje oscilaban desde el 68% en Alemania hasta el 0,3% en Serbia. Seis países (Alemania, Eslovenia, Austria, Holanda, Bélgica y Suiza) reciclaban el 50% o más de sus residuos municipales.
Por el contrario, cinco países reciclaban menos del 20%, y otros dos menos del 10%. Por lo tanto, algunos países deberán esforzarse más que los países con un mejor rendimiento a la hora de cumplir los nuevos objetivos e incentivos de la UE, y es aquí donde se podrán encontrar en último término numerosas oportunidades de inversión. Con el fin de cerrar esta brecha, algunos países deberán conseguir la asistencia de empresas que se consideran como facilitadores de la economía circular.
Se han producido ejemplos más conocidos de éxitos en reciclaje como la recogida de botellas de plástico mediante máquinas expendedoras inversas. Los consumidores englobados en algunos de los “mejores recicladores” se han familiarizado mucho con estas máquinas, que actúan como medios para los “planes de reembolso de depósitos”. Estos planes permiten a los consumidores devolver sus botellas a cambio de un reembolso, generalmente un vale monetario que se puede gastar en la tienda. La máquina acepta las botellas y las preclasifica de manera óptica en función del tipo de plástico, del tamaño y de los niveles de contaminación, prestando asistencia al proceso de reciclaje global en el sentido descendente de la cadena.
En Alemania, país que no es solo un líder europeo sino también un líder global en materia de reciclaje, las máquinas expendedoras inversas han dado lugar a una especie de deporte nacional, en el que muchos jóvenes y adultos participan en la recogida de botellas de plástico a cambio de dinero.
Cada vez más países están introduciendo planes de devolución de depósitos para promover el reciclaje por parte de sus consumidores. Ésta es una tendencia que se va a mantener, debido a los estándares más rigurosos introducidos en 2019 en virtud de la Directiva sobre Plásticos de un Solo Uso de la UE (“Single Use Plastics Directive”). La legislación establece un objetivo de recogida de botellas del 90% para todos los Estados Miembros en 2029, así como el requisito de que todas las botellas de plástico contengan un mínimo del 25% de plástico reciclado (rPET) en 2025.
Los países en los que los porcentajes de reciclaje del plástico desechable no sean todavía suficientemente elevados, como Francia, Portugal y España, deberán solicitar la asistencia de empresas “facilitadoras” que les ayuden a cumplir a tiempo estos objetivos de la UE. Al igual que la brecha de reciclaje relativa al reciclaje de los residuos municipales, este hecho generará nuevas oportunidades comerciales para los proveedores, que los gestores de activos deberán ayudar a identificar para sus clientes, lo que hará que la transición hacia una economía circular resulte rentable para el medio ambiente, las comunidades y los inversores.