En esta última década, la mentalidad de las empresas ha cambiado. La necesidad de diversificar las fuentes de financiación ha calado en los órganos de dirección de todas las compañías, independientemente de su tamaño. Atrás quedan los tiempos en los que el acceso a los mercados se veía como una opción sólo al alcance de las grandes empresas. El MAB aporta a todo tipo de compañías visibilidad, acceso a los inversores, credibilidad y una valoración objetiva en todo momento. La notoriedad que ofrece el MAB ante clientes, proveedores e inversores repercute de forma positiva en el crecimiento de las empresas.
Como han experimentado las compañías de distintos tamaños que han decidido dar el salto al MAB, los requisitos de transparencia que exige este mercado suponen un esfuerzo y un cambio en la cultura corporativa en un primer momento, pero es algo que vale la pena. Todo cambio implica un reto, pero cuando trae de la mano tantas oportunidades, se afronta con mucha más convicción. Además, los trámites para la incorporación al MAB son muy ágiles, lo que aporta una gran flexibilidad a las compañías, que va de la mano del máximo rigor en el control y la supervisión.
En BME estamos convencidos de que el crecimiento de la financiación a través de los mercados es positivo para las empresas y, por tanto, también para la economía española en su conjunto. Como quedó claro en la última crisis financiera, las economías menos dependientes de la financiación bancaria están más preparadas para escenarios de ralentización económica. Aunque aún queda camino por recorrer, la transformación del modelo de financiación de las empresas españolas ha sido muy significativa. Los mercados de valores españoles aportan ya el 40% de la financiación empresarial, diez puntos porcentuales más que en 2008. Son niveles propios del modelo anglosajón.
Tanto el MAB como el MARF, el mercado hermano en la renta fija, han contribuido desde su nacimiento a este cambio de paradigma. Al depender menos de los recursos financieros, los gestores de las empresas tienen más libertad para aplicar sus estrategias de negocio sin interferencias en la gestión diaria y sin un coste financiero que lastre los resultados de la compañía.
En el año 2019 se incorporaron 21 compañías al MAB, con un valor de mercado cercano a los 1.900 millones de euros. Solo en el último trimestre las 12 ampliaciones de capital realizadas por empresas del MAB superaron los 360 millones de euros. Por ejemplo, la salida de Holaluz a este mercado estuvo acompañada de una colocación por importe de 40 millones de euros en la que participaron más de 200 inversores institucionales tanto españoles como extranjeros. La operación demostró una vez más que hay demanda de inversores para empresas que se dirigen al MAB. Proeduca Altus es otro ejemplo de empresa consolidada y con capacidad de crecimiento, cuyo valor de mercado supera ya los 300 millones de euros.
Más opciones para el inversor
La llegada de nuevas empresas al mercado es también una buena noticia para los inversores, que pueden acceder a través del MAB a compañías de distintos sectores en fase de crecimiento. Dejando a un lado al segmento de las Socimi, las empresas de tecnologías de la información suponen una cuarta parte del MAB; el sector farmacéutico y biotecnológico, un 20%; y las compañías de ingeniería y renovables, un 15% cada uno. Más de un 70% de las empresas del MAB son intensivas en innovación, algo cada vez más valorado por los inversores.
Los valores del MAB suelen pertenecen a sectores y negocios menos conocidos por el gran público, lo que permite diversificar la cartera. Es algo especialmente relevante en un contexto como el actual, en el que a los gestores de fondos les resulta más complicado diferenciarse del mercado, y en el que han crecido con fuerza los fondos indexados y ETF que replican índices. El MAB es un buen caladero en el que encontrar nuevas ideas para las carteras y distinguirse así del resto de competidores.
Por lo general, los inversores que confían en el MAB tienen una visión a largo plazo, ya que las compañías de este mercado están en fase de crecimiento. Como toda inversión, implica un riesgo, pero también ofrece la posibilidad de obtener una elevada rentabilidad. En el conjunto de 2019, el índice Ibex MAB 15, que reúne a las 15 empresas más líquidas del MAB, se revalorizó un 65,4%.
En ocasiones, las empresas necesitan ayuda para dar el salto al mercado, sobre todo, cuando son compañías que están empezando su andadura. Para eso, en BME contamos con el Entorno Pre Mercado, una iniciativa que busca que las startups conozcan el funcionamiento del mercado y puedan acceder a nuevos inversores. Un primer paso, que es como empieza todo gran camino, en la senda hacia el mercado, el mejor aliado para el crecimiento de las empresas y de la economía.