Aquilino Peña, socio fundador de Kibo Ventures, afirma que en los últimos 20 años, los cambios en el sector han sido “muy profundos a todos los niveles”. Por ejemplo, a nivel de inversión, con el talento de los emprendedores, así como la involucración a nivel gubernamental. Poniendo las cosas en perspectiva, asegura que cuando comenzó como emprendedor en los 90, el único inversor que encontró en España fue Banco Santander, ya que no había inversores de capital riesgo, algo que comenzó a cambiar sobre 2012.
Peña asegura que España ya “ha pasado a estar en el mapa” del emprendimiento global, con dos grandes hubs, como son Madrid y Barcelona, pero con ciudades que también emergen como Valencia o Málaga. “El emprendimiento español es cada vez más ambicioso y más global, y nos encontramos con emprendedores que ya saben de qué va esto”, con talento muy eficiente.
Aún así, todavía nos encontramos por detrás de algunos de nuestros vecinos europeos. Entre las principales diferencias, Aquilino Peña destaca el apoyo por parte de las corporaciones, como en Francia, y en Reino Unido y Alemania también de las family offices y fondos de pensiones, algo que en España aún no ha pasado, debido al menor tamaño de los fondos. Eso sí, el emprendedor español, declara, ha cambiado mucho en los últimos años. Ahora los equipos son globales e internacionales, movidos por la atracción de talento que atraviesa el país. “El mundo startup en España ha pasado a ser prácticamente un 40% de lo que es el Ibex 35 y seguimos creciendo”.
Por otro lado, sus dos mayores inversiones han sido Jobandtalent, donde entraron en 2013 y han invertido, en total, unos 12 millones, y en Devo, compañía de Pedro Castillo, donde han invertido tanto de manera directa como a través de un fondo oportunista alrededor de 10 millones. Buscan compañías que puedan ser globales, para lo que hace falta un equipo fundador potente, porque determina “el carisma y el liderazgo” de la empresa.
Las corporaciones juegan dos roles esenciales, según sus palabras, en el ecosistema: el pulso de la innovación, “adoptando mecanismos de innovación abierta”, es decir, colaborar con empresas que solucionan problemas que son relevantes para mí. Y luego, recalca, la posibilidad de crecer y cambiar tu modelo de negocio haciendo adquisiciones. “Las corporaciones tienen cierto miedo a las adquisiciones por el qué dirán”. Señala que las corporaciones españolas son “muy buenas” en la gestión de la base de costes, pero entienden menos bien las sinergias en distribución, en producto y en ingresos, que es “donde tiene que haber más ejemplos”. Eso en Estados Unidos lo entienden mejor “y se dan más libertad mental para soñar en lo que puede pasar”.
Apunta que un emprendedor va a recibir muchos “noes”, pero necesita solo un “sí” para poder crecer. Y para ello también es imprescindible analizar el entorno y los potenciales inversores: “Hay que saber qué vas a pedir, cuándo lo pides y qué industrias interesan a cada fondo”. Pero lo más necesario, asegura, es la persistencia.