El débil crecimiento en China debería provocar cierta flexibilización en sus políticas

A largo plazo, abordar los problemas de desigualdad puede contribuir a reforzar la demanda privada. Sin embargo, teniendo en cuenta los vientos en contra, esperamos que el crecimiento sea débil en el tercer trimestre. Esto debería provocar una cierta flexibilización de las políticas. Esperamos que el PBoC recorte el RRR en 50 puntos básicos y mejore la liquidez a través de su servicio de préstamos a medio plazo. Aunque las probabilidades de un recorte de los tipos están aumentando, vemos que el Banco Popular de China (PBoC) seguirá recurriendo a medidas específicas en lugar de globales. Además, la política fiscal puede desempeñar un papel más importante, incluso dentro de los límites de déficit fijados por la Asamblea Popular Nacional (APN). La emisión total de bonos del Estado solo ha alcanzado hasta ahora el 36% de la cuota permitida, por lo que puede intensificarse. Sin embargo, no esperamos un ciclo de reflación completo. Limitar la deuda del sector no financiero, mantener el control sobre la deuda en la sombra de las administraciones locales y desapalancar el sector inmobiliario siguen siendo objetivos importantes.

Sectores más expuestos a la nueva regulación

El endurecimiento de la normativa está afectando a diferentes sectores de la economía. Los sectores que corren más riesgo son probablemente los que ocupan posiciones de monopolio con gran poder de fijación de precios, los que operan en el negocio de la gestión de datos personales (incluida la educación), el mercado de capitales (cotización en el VIE) y, en general, los que dominan los negocios "sociales". Se trata de la tecnología financiera, los medios de comunicación, los servicios de consumo, la educación (AST, las clases particulares después de la escuela) y los productos farmacéuticos. En cambio, están menos expuestos a los impactos de la regulación: el software, los semiconductores, la energía, los servicios públicos y el automóvil. Algunos subsectores tecnológicos están especialmente bien posicionados, ya que están directamente relacionados con el plan quinquenal en el ámbito de la IA, la realidad virtual, los semiconductores y las neurociencias.

Conclusión

Las acciones chinas parecen atractivas en un horizonte a largo plazo, ya que los inversores se benefician de un mayor crecimiento del PIB (aunque en retroceso) y de unos rendimientos de los bonos más atractivos. Además, una economía más equilibrada y equitativa, con un posible mayor índice de aprobación del Partido, reducirá con el tiempo los riesgos sistémicos. Por el momento, los flujos de la renta variable y la renta fija chinas se mantienen relativamente bien. Dicho esto, a corto plazo seguimos siendo cautelosos con respecto al MSCI Chino (ligeramente al alza) debido a la incertidumbre regulatoria no resuelta (aunque en su mayor parte está descontada), que provocaría una mayor volatilidad, y a unas perspectivas de crecimiento postpandémico más débiles. Sin embargo, dada la reciente debilidad de la mayoría de los datos macroeconómicos, es probable que Pekín se dedique a apoyar más la política fiscal y monetaria. Por este motivo, no adoptamos una posición totalmente infraponderada, si bien favorecemos a las acciones A (ligera sobreponderación), debido a unas valoraciones más atractivas y a una menor presión regulatoria, así como a un menor peso de las Tech. Tras subrayar nuestras hipótesis de crecimiento futuro de los beneficios y el objetivo de CAPE, vemos una rentabilidad total anual de al menos el 5% o 6% durante la próxima década.