Tenemos esta semana reunión del BCE y más que las medidas que pueda o no tomar en esta penúltima reunión de Draghi al frente del organismo todo el mundo mira si éstas serán eficaces y eficientes para conseguir el crecimiento deseado.
Si se mide la eficiencia a motor de generar crecimiento económico o inflación, no, no se está demostrado que sea lo más eficiente posible. Si se pretende que haya más estímulo crediticio para los ciudadanos y empresas (más sanas), tampoco. Ahora bien, si la eficiencia se mide desde otro punto de vista sí que son medidas eficientes.
Hay que tener claro que tratan de evitar una contracción de la liquidez y ha habido momentos en los que, en un mundo donde hay abundancia de liquidez, hay activos que no la tienen. Y para evitar que existan esos embudos de liquidez sí que han sido eficientes las inyecciones de liquidez.También para mantener cierta solvencia financiera. En ese sentido, hay que darles cierta razón. En ese sentido sí ha demostrado ser eficaz, no sólo el BCE sino también la FED para evitar un deterioro de la solvencia económica y financiera. En estos últimos años hemos visto cómo distintos intentos del BCE y la FED de normalizar su política monetaria y la reacción posterior. Hay que entender en qué situación estamos: nos encontramos en un mundo donde se crece menos con un patrón claro de ausencia de presiones inflacionistas. Lo hemos visto recientemente en el mercado norteamericano con el caso de Apple.
Estamos en un entorno deflacionistas y me niego a pensar que los culpables de la desaceleración económica del mundo se debe a los bancos centrales. La culpa no es de éstos, en el caso europeo es muy clara: los políticos deberían mirar mucho qué hacen y qué medidas toman. L a economía no sólo depende de los bancos centrales y sus políticas monetarias, depende muchos eslabones y uno de ellos es la política.
Me habla de que la parte positiva de las medidas del BCE y de la FED es que drenan liquidez al sistema y mantienen la solvencia financiera pero lo negativo es la represión financiera que han generado con casos tan anómalos como que el Gobierno alemán emita deuda a 30 años a tipos de interés negativos. ¿Qué alternativa tiene el inversor conservador?
Sobre todo no caer en el derrotismo y seguir trabajando. Creo que hay distintos activos sin tener que asumir un riesgo que no nos corresponde. Hay una clave importante: informar muy bien a la gente de cuál es la realidad, estamos en un mundo de crecimiento endémico y sin presiones inflacionistas y esto tiene sus consecuencias. Vamos a tardar en ver subidas de tipos. y eso hay que explicarlo. Hay que formar e informar junto con asesoramiento de calidad.
Distintos activos en los que se puede invertir en la parte de cuasiliquidez, renta fija europea de muy corto plazo. Hay algún fondo que ralmente está demostrando bastante resistencia incluso en estos días en que hemos visto repuntes en los spread de crédito. Gestoras como EVLI, Muzinich o Renta 4 tienen fondos de deuda corporativa de corto plazo que pueden aguantar.
En segundo lugar, renta fija flexible. Productos todoterreno. Si miramos gestoras como Sextant con el Bond Picking o en renta fija demuestran que, siendo flexibles a la hora de actuar no sólo en la selección de activos sino sabiéndose mover en la curva de tipos, son buenas alternativas.
Productos de protección, determinados fondos de retorno absoluto. Me encanta la gestión que están haciendo los gestores de Dunas con el fondo Valor Prudente, está aportando valor sobre todo si se compara con lo que ofrece un depósito.
En renta variable, existen tanto productos mixtos como de renta variable que tienen una visión global pero apostando por compañías con clara visión de negocio independiente del ciclo económico, en los que se puede encontrar valor. Nordea tiene el fondo Stable Equity con esa filosofía. Si persiste la situación de crecimiento y tipos bajos habrá que seguir apoyándose en cosas que, aunque parezcan caras, es donde podemos encontrar valor.
¿Cómo debemos gestionar la liquidez en cartera? ¿Qué están haciendo los gestores?
Hay de todo. En la parte de deuda corporativa que lo hizo genial a pesar del pesimismo que ha habido. Soy cauto en la parte de deuda y soy más optimista en la parte de equity. Los gestores han aumentado algo más la liquidez, hay aumentado posiciones en divisas…sí hemos visto incremento de liquidez y nosotros lo que estamos haciendo en una cartera diversificada cuando incrementamos la liquidez o la dejamos ahí o aprovechamos para cuando haya oportunidades.
En la última entrevista nos hablaba de sentido común y prudencia como dos variables que hay que tener en cuenta a la hora de enfrentarse a los mercados. Teniendo esto como base, y teniendo en cuenta que es más optimista con los mercados de renta variable, ¿a través de qué fondos podríamos tener exposición?
La posición que mantenemos en renta variable es neutral. Geográficamente nos gusta seguir estando más en bolsa americana porque si hay un sitio donde hay innovación, dinamismo o revolución es en Estados Unidos y no me lo quiero perder. Quiero seguir participando de esa revolución de innovación.
Luego Europa me gusta cada vez más. Si el BCE hace lo mismo que se le ocurrió al banco de Japón, no creo que sea en septiembre, de tomar la decisión de comprar renta variable, hay motor para que la bolsa europea suba. No me lo quiero perder y ya hemos visto cómo en agosto el comportamiento de la renta variable europea se ha separado respecto a la norteamericana.
Y en el resto del mundo estamos infraponderados. Los emergentes son para tener cautela.
Utiliamos fondos globales, agnósticos en cuanto al estilo de gestión y baratos. El Amundi MSCI World es uno de los fondos “bueno, bonito y barato”. Sectores tecnología y salud nos gustan y en Europa, combinamos la parte de utilities y bancos por la posibilidad de que actúe el BCE y la reestructuración que están llevando a cabo.