Así pues, cada artículo o noticia que hace referencia a una vacuna es literalmente aplaudido por los mercados financieros. Desafortunadamente, es extremadamente difícil obtener ninguna ventaja en estos temas - incluso los médicos están desconcertados. Sin embargo, hay algunas cosas que sabemos que pueden contribuir a construir nuestro asset allocation.
Parece que los gobiernos están gastando todo el dinero posible. Los déficits se están ampliando hasta alcanzar máximos históricos: en 2020 se prevé un déficit del -9,6% para la eurozona en su conjunto, un -17,4% para los EE.UU. y un -13% para el Reino Unido (Fuente: Bloomberg). Y parece que esto es sólo el comienzo. Así como la flexibilización cuantitativa de los bancos centrales se ha incrementado varias veces, los gobiernos probablemente gastarán más en el futuro si el crecimiento no es el esperado.
El gasto actual se traducirá claramente en una relación deuda/PIB significativamente más alta en el futuro. Esta deuda extra tendrá que ser pagada eventualmente, y ciertamente pesará sobre el crecimiento futuro. Esto significa que el endurecimiento de las políticas monetarias no es una opción, ya que los gobiernos no podrán permitirse tipos más altos.
Antes de la crisis de COVID-19, ya pensábamos que los tipos estaban limitados por arriba debido a tendencias a largo plazo como la digitalización y el envejecimiento de la población. Ahora, el panorama está aún más claro: debemos acostumbrarnos a rendimientos negativos, porque están aquí para quedarse. En el contexto actual, la deuda a largo plazo del bono soberano australiano, donde la curva de rendimiento es pronunciada, es una opción.
Las monedas también se ven afectadas. El dólar americano ha perdido su brillo y el carry es ahora mínimo con tipos de interés reales muy negativos. Esta tendencia bajista significa que las expectativas de inflación continuarán recuperándose desde los niveles profundamente reducidos que observamos durante la crisis. Por lo tanto, somos positivos en cuanto al punto de equilibrio de la inflación en Europa y en los Estados Unidos.
Dónde vemos oportunidades de inversión
Con respecto a los activos de riesgo, como las acciones, hay un continuo tira y afloja entre la terrible situación económica y la drástica relajación fiscal y monetaria. Sin embargo, el posicionamiento de los inversores nos da una señal más clara con respecto a su sentimiento. Aunque el sentimiento de los inversores ha mejorado, sigue siendo relativamente débil en comparación con los datos históricos: los niveles de efectivo son altos, las estrategias sistemáticas como las de los fondos “volatility targeting”, que tienen bajos niveles de riesgo, e incluso los hedge funds con beta relativa con el S&P500 se encuentra en el extremo inferior del rango.
Para nosotros, esto significa que el "pain trade" es mayor para los activos de riesgo que, en igualdad de condiciones, están destinados a subir. Preferimos la deuda subordinada financiera (AT1), así como del crédito corporativo (tanto de grado de inversión como high yield). Los bonos han tenido un rendimiento inferior a los derivados durante la crisis y, por lo tanto, tienen espacio para ponerse al día. En la periferia de Europa, seguimos de cerca los bonos griegos, que muestran un atractivo perfil de riesgo/rentabilidad y que ahora están incluidos en el programa de compras PEPP del BCE.
En acciones, preferimos las empresas de gran capitalización, que han sufrido mucho menos que sus homólogas pequeñas. La tendencia bajista del dólar debería contribuir a dar mejores rendimientos, sobre una base de divisa cubierta, de las acciones de los EE.UU.