El factor determinante en el ya casi finalizado 2022 ha sido la aplicación de políticas monetarias más agresivas por parte de los bancos centrales, según apunta Antonio Castelo, especialista de mercados de iBroker. Esto ha provocado caídas en las bolsas, con el EURO STOXX 50 restando en torno al 11% en lo que va de año, lo mismo que ha ocurrido en el DAX, que es un índice muy industrializado y se deja cerca de un 12%. En EEUU, destaca la caída del Nasdaq del 44% mientras que el S&P 500 pierde cerca de un 20%. El IBEX 35 lo ha hecho razonablemente bien. Va a terminar el año perdiendo un 5%, el comportamiento "menos malo", gracias a su composición, por el peso de los bancos.
En cuanto a la renta fija, hemos visto fuertes aumentos en la rentabilidad. El bono americano a 10 años ha pasado de niveles en torno al 1,30%, hasta llegar a superar el 4%. Lo mismo ha ocurrido en Alemania o Reino Unido. "Ha sido un año realmente malo y complejo, tanto para la renta fija como la renta variable".
En 2023, el comportamiento del mercado en general no va a ser mejor, al menos en la primera parte del año. La inflación y los problemas de suministro de energía van a ser los focos de atención en Europa. Las alzas de tipos provocarán más ralentización económica y eso es algo que ya pese en el ánimo del mercado.
Otros focos clave van a ser la evolución de China o las tensiones geopolíticas. Además, no se puede perder de vista la evolución empresarial; los inversores vigilarán de cerca los balances de las compañías y sus previsiones, así como si una rebaja de las mismas provoca a su vez una revisión en las valoraciones.
En este escenario, en momento de mirar a la renta fija
Con todas estas referencias sobre la mesa, el experto señala que tendría sentido empezar a sobreponderar la posibilidad de exponerse en bono en un plazo de 1 o 2 años, especialmente de Europa, porque el mercado está anticipando repuntes de tipos cercanos pero por debajo del 4%.
El margen de expectativas de alzas es limitado, por lo que "el mercado de deuda podría merecer esta sobreponderación, sobre todo en tramos más cortos de la curva". También hay que tener en cuenta que el Banco Central Europeo (BCE) tiene un riesgo que no tiene la Reserva Federal (Fed), y es que puedan aumentar las rentabilidades de los países periféricos, como España e Italia, lo que dificultaría su labor en cuanto al endurecimiento de su postura. Por eso es momento de fijarse en la renta fija, en previsión de que el BCE estabilice pronto su política monetaria, con los tipos en torno al 3,5% o, como máximo, el 4%.
En todo caso, 2023 va a ser también un año para la inversión activa y la búsqueda de valor en compañías de calidad que no estén endeudadas.