¿Por qué decenas de millones de chinos están descontentos con su gobierno y con Xi Jinping? Para contestar esta pregunta, lo primero que tiene en cuenta Cava es el concepto de hipoteca china, que nació a partir de 1998. “Cuando un ciudadano chino pide un préstamo hipotecario en un banco, responde no solamente con el bien hipotecado, sino con todo su patrimonio”. A diferencia de lo que sucede en Occidente, explica, que cuando uno va a comprar una casa sobre plano, solamente paga un pequeño porcentaje del precio de venta final, 20 o 30%, cuando un ciudadano chino va a comprar una casa nueva sobre plano, tiene que pagar el 100%. 

Esto supone que cuando vas a firmar el contrato de compra del piso, tienes que pagar el 100% y has tenido que pedir el préstamo hipotecario por el importe total. “Desde el momento que firmas el contrato, aunque no te entreguen la vivienda, ya estás pagando las cuotas de amortización del préstamo hipotecario”. 

¿Y qué sucede con la inmobiliaria? “A la inmobiliaria, es lo que le interesa garantizar su negocio. Entonces, con el dinero que recibe de los compradores de pisos, lo primero que hace es comprar otro terreno para llevar a cabo ahí una promoción y repetir la jugada. Entonces nos encontramos que mientras siga vendiendo inmuebles va comprando terrenos. Si en un momento determinado se ralentiza el proceso y le falta dinero, baja la calidad de los materiales”. 

Todo esto los bancos lo consienten, explica el experto, “porque no es lo mismo que lo que sucede, por ejemplo, en Occidente. Cuando nosotros, por ejemplo, en España, vamos a comprar un piso, pagamos el 20% y es el banco el que le concede la hipoteca a la inmobiliaria. Ya se encarga el banco de seleccionar y vigilar la calidad y la moralidad que tenga la inmobiliaria”. Hay un filtro y se aumenta la probabilidad de que los compradores de los pisos al final adquieran la vivienda. Pero en China no es así. 

El Gobierno chino tampoco hace nada, porque todos salen ganando. ”La inmobiliaria tiene financiación gratis y amplía su negocio. El banco concede una gran cantidad de préstamos hipotecarios que de haber seleccionado las inmobiliarias no hubiera concedido. Y el gobierno tan feliz porque cobra impuestos y, además, se desarrolla el mercado inmobiliario y se puede alcanzar el objetivo de crecimiento económico marcado por el partido del 5%”. 

En los últimos años, argumenta el analista, al ver haber habido tantos timos, ya no se paga el 100% del precio de compra de la vivienda sobre plano, sino cuando “se cubre aguas”. De tal manera que se debería reducir un poquito el número de promociones fallidas. “Y también lo que han desarrollado, que es una buena idea, es que en vez de pagar a la inmobiliaria ingresan el dinero en una cuenta y luego una autoridad gubernamental va pagando a la inmobiliaria en función de las certificaciones de obra”. 

Sin embargo, continúa, esto no lo cumplen en la práctica. “Millones de chinos se han sentido timados. Ahora el gobierno, en el nuevo paquete de estímulos, lo que ha hecho es que ha rebajado el tipo de interés de los préstamos hipotecarios que pagan los ciudadanos. Luego nos encontramos claramente que es una situación insostenible y se explica perfectamente el descontento social y la preocupación que tiene China por relanzar el crecimiento económico”.