Dos semanas después de la victoria de Trump, ¿qué sectores estáis viendo que se van a ver más beneficiados a corto-medio plazo?
A medio plazo es difícil decirlo, porque no sabemos cómo se van a implementar todas las políticas que ha prometido Trump en cuanto a desregulación, bajadas de impuestos, subidas de tarifas, etc., no hay información sobre cómo las va a implementar y eso es muy importante. Lo que sí sabemos es cuáles son los sectores que han reaccionado muy positivamente a la victoria de Trump y ahí han sido todas las criptodivisas, y el Bitcoin y el Ethereum en particular. Es cierto que para un inversor español es difícil invertir en ETFs de Bitcoin, ya que existen ETFs de criptodivisas en mercados europeos pero muy pocas entidades distribuyen estos productos. Con todo, si uno quiere estar invertido o, al menos, tener una correlación con el Bitcoin, hay ETFs de blockchain asequibles para el inversor español; incluso fondos de inversión que se han visto muy beneficiados por la victoria de Trump, con ganancias del 20-30% en apenas una semana. Claramente la de las criptodivisas ha sido la industria ganadora con la elección de Trump, al igual que el dólar, que también se ha revalorizado de una forma importante. Si hablamos de sectores, el financiero se podría ver muy beneficiado por la promesa de regulación; el sector industrial americano también, al igual que el segmento de las small caps por el tema de las bajadas de impuestos y tarifas. Si nos referimos a temáticas en particular, la ciberseguridad ha subido mucho al igual que el tema de los vehículos eléctricos. Respecto a sectores perdedores, las energías renovables o el sector automovilístico europeo.
Trump ha desencadenado una ola de ventas en energías renovables y ESG. ¿Esto podría derivar en más ventas o, por el contrario, crear oportunidades de compra?
Es difícil decirlo porque hay que ver cómo se implementan todas las políticas de Trump y, en especial, las relacionadas con las energías renovables. Es verdad que las grandes utilities que tienen de momento proyectos pendientes en Estados Unidos se han visto muy perjudicadas, entonces va a depender un poco de cómo vaya evolucionando la propia política de la administración Trump respecto a esos proyectos de renovables. Es verdad que con la caída parece que las compañías del sector están baratas pero personalmente esperaría ver cómo se decanta un poco la implementación de esas políticas. La incertidumbre es alta y cuando eso ocurre un valor te puede parecer interesante porque ha caído mucho pero ha sido así por esa incertidumbre. Por ello, hasta que la situación no se aclare, de momento preferiría estar fuera de este tipo de sector.
En Europa, las automovilísticas y farmacéuticas europeas estarían muy expuestas a los aranceles de EEUU. ¿Cuáles serán las implicaciones para estas empresas?
Probablemente el sector automovilístico, especialmente europeo, que ya tiene su propia crisis, sería uno de los grandes perjudicados por esas tarifas que está prometiendo Trump, ya que, para Europa, EEUU es muy importante a nivel de exportaciones (el 20% de nuestras exportaciones van hacia EEUU, es nuestro mayor cliente exterior) y dentro de esas exportaciones una parte importante son automóviles. Es verdad que muchas de las automovilísticas europeas ya producen en Estados Unidos, es decir, que solo se verían afectadas las exportaciones de vehículos que se producen fuera de EEUU, pero claramente un sector perdedor dentro de esta batalla comercial que todavía no ha empezado. En cuanto a la industria farmacéutica, tiene más cartas que jugar que la automovilística porque es mucho más fácil para una farmacéutica producir o deslocalizar su producción a Estados Unidos que para una automovilística, pero también es un sector perdedor, al igual que industrias más pequeñas como el sector del aluminio, del acero, de algunas bebidas alcohólicas, etc.
Estamos viendo unos mercados que se siguen moviendo al compás de las políticas de los bancos centrales y expectativas de tipos. ¿Cómo hay que afrontar este último tramo del ejercicio a nivel de carteras?
La incertidumbre macro y corporativa y esto lo está reflejando los tipos de interés en Estados Unidos: los tipos a largo están subiendo porque hay muchas dudas en cuanto al efecto de las posibles políticas de Trump en cuanto a la inflación. Recientemente hemos conocido el IPC de EEUU y hemos visto que es difícil que la inflación baje al nivel del 2% como pretende la Fed. Eso genera dudas y subidas de tipos a largo en Estados Unidos, algo que, tarde o temprano, afecta a todo el mercado. Hay que recordar que en 2022 las bolsas cayeron precisamente porque la inflación repuntó. Es verdad que, de momento, no estamos en un escenario de repunte de la inflación, pero si las políticas de Trump -bajadas de impuestos a las empresas, imposición de tarifas a la importación de productos extranjeros y desregulación- provocan un calentón de la economía americana, la inflación se podría ver afectada negativamente. De momento, el mercado de bonos lo está recogiendo. No lo está recogiendo el mercado de bolsa pero nunca se sabe... en algún momento el mercado de acciones podría volver a un "mini 2022", con un mercado complicado para la renta variable. En Europa, el panorama es más claro porque la economía de la zona euro está muy débil: Alemania está, además de con problemas políticos importantes, en recesión y, por su parte, Francia y Italia no crecen... y tener a los tres mayores componentes de la eurozona en situación crítica a nivel de crecimiento económico no es bueno para la renta variable europea, aunque sí lo es para la renta fija de la zona euro. Ahí podría haber una oportunidad pensando en una posible recesión al invertir en bonos de medio largo plazo de la zona euro y ahí el Banco Central Europeo lo tiene mucho más claro que la Fed y tiene que bajar tipos sí o sí para, de alguna forma, intentar reactivar esa economía que está "medio muerta".