El mercado de capitales ofrece dos retos ahora mismo a los gestores de activos: Los mercados de renta fija no resultan atractivos, por decirlo suavemente. Recientemente, las bolsas han sufrido ventas inducidas por el pánico debido al coronavirus. Además, hay crisis políticas, preocupación por los conflictos comerciales y crecientes montañas de deuda.
ODDO BHF Polaris Balanced, que invierte en acciones y bonos, se caracteriza por su enfoque en valores de calidad. Este enfoque permite al fondo gestionar los riesgos y aprovechar las oportunidades de beneficios a largo plazo incluso en un entorno de mercado inestable. Los valores de calidad contribuyen de forma importante a ello, aunque también puedan fluctuar considerablemente a corto plazo.
¿Qué son los valores de calidad?
Se consideran valores de calidad los títulos de empresas en continuo crecimiento y con menor volatilidad. En la gestora se enfocan plenamente en las perspectivas de los fundamentales de ciertas empresas. En el contexto actual, se hace especial hincapié en la capacidad de resistir y adaptarse a los impactos económicos o externos.
Además, en opinión de ODDO BHF, los valores de calidad ofrecen potencial de crecimiento estructural de los beneficios, es decir, los mercados en los que operan las empresas de calidad crecen independientemente del ciclo económico.
TRES FACTORES DE CALIDAD
1. Carácter cíclico de las ventas:
Las ventas de los fabricantes de productos de consumo (p. ej., alimentos, cuidado personal) se ven mucho menos afectadas en las fases de crisis que los productores de bienes de consumo o productos industriales muy caros. El gasto en salud se mantiene también muy estable, especialmente porque en muchos casos los costes son soportados por los estados o cubiertos por las compañías de seguros.
La diversificación de las actividades económicas por región, país y grupos de clientes reduce también el riesgo de fuertes distorsiones. Nestlé, Unilever y Roche son ejemplos de compañías defensivas clásicas.
2. Ratio de costes fijos-variables:
Aunque la facturación disminuye durante una crisis, ello no implica automáticamente que los costes se reduzcan en la misma proporción. Los gastos de alquileres, arrendamientos, personal, calefacción, etc., los denominados costes fijos, normalmente se mantienen igual. Luego, el beneficio de explotación desciende cae mucho más que las ventas en términos porcentuales.
Solo los costes variables, es decir, los provocados directamente por las ventas, disminuyen en la misma medida Las empresas de calidad se caracterizan por un bajo ratio de costes, es decir, un alto margen de beneficio de explotación. Además, los costes fijos deberían suponer una parte relativamente pequeña de los costes totales.
3. Ratio de endeudamiento:
La deuda actúa también como un coste fijo en tiempos de crisis, provocando fluctuaciones adicionales en los beneficios. Las empresas de calidad suelen caracterizarse por su escasa o nula deuda. Esto reduce el impacto en los beneficios y, en general, ofrece potencial de mayores dividendos o adquisiciones de empresas que crean valor.
CRECIMIENTO ESTRUCTURAL
Además de su resiliencia a las crisis, los valores de calidad también deberían mostrar un crecimiento estructural, es decir, crecimiento que no dependa de los ciclos económicos. En ese sentido, Tilo Wannow, gestor de ODDO BHF Polaris Balanced concluye diciendo:
"Vemos oportunidades especialmente en los ámbitos de la digitalización, tecnología médica e investigación, nuevas tendencias de consumo como el comercio electrónico y los pagos sin dinero en efectivo, y el aumento del consumo en los mercados emergentes. Las empresas de calidad pueden resistir bien en un duro entorno competitivo. Para ello, es indispensable que tengan «fosas económicas» como poder de marca o protección de patentes. Los costes de cambio para los clientes o los efectos de redes sólidas aseguran también una cartera de clientes fiel" |
En resumen, desde ODDO BHF consideran que los valores de calidad ofrecen unas perspectivas de calidad muy positivas a largo plazo: la posibilidad de un aumento estructural de los beneficios junto con la posibilidad de menos contratiempos. Para la gestora, en un entorno de alternativas de bajo rendimiento en los mercados de renta fija, no es una mala perspectiva.