Mientras en Occidente seguimos muy de cerca cualquier movimiento por parte de los bancos centrales, que tienen por delante la dura tarea de controlar la inflación, cada vez más presionada (sobre todo en Europa) por la crisis energética, "en Asia tienen sus propios problemas", explica Javier Etcheverry, responsable de Activtrades Spain.
Las exportaciones e importaciones de China perdieron impulso en agosto, con un crecimiento muy inferior a las previsiones, ya que el aumento de la inflación paralizó la demanda exterior y los nuevos recortes por el COVID-19 y las olas de calor perturbaron la producción, lo que reavivó los riesgos a la baja para la tambaleante economía. Los datos de ralentización del gigante asiático se suceden en los últimos meses.
También se ha visto que las importaciones de crudo de China cayeron un 9,4% en agosto respecto al año anterior, según los datos de aduanas del miércoles, ya que las interrupciones en las refinerías estatales y la reducción de las operaciones en las plantas independientes causadas por la debilidad de los márgenes limitaron las compras.
El mayor importador de crudo del mundo introdujo 40,35 millones de toneladas de crudo el mes pasado, lo que equivale a unos 9,5 millones de barriles diarios (bpd), según datos de la Administración General de Aduanas. Esta cifra se compara con los 8,79 millones de bpd de julio y los 10,49 millones de bpd de agosto de 2021.
Y es que China ha crecido de forma "errónea", apunta el experto, impulsado, entre otras cosas, por un boom inmobiliario que en Europa ya se ha visto que no funciona y que puede llevar al desastre; en la mente de todos sigue el caso de Evergrande y su elevada deuda, que puede arrastrar a todo el sector. A eso se suma la política de Covid cero que está llevando a cabo el país, que está impactando en su economía.
Pero China tiene una ventaja: haber tomado "una posición tremendamente inteligente con Rusia, se ha aliado, están ya diciendo que van a pagar las exportaciones en rublos y en yuanes, lo que fortalecerá su divisa y esto siempre les va a ayudar", apunta Etcheverry.
El gigante asiático va a ser uno de los países que menos va a sufrir o que más partido va a sacar a la inestabilidad actual, ya que se ha posicionado muy bien ante el conflicto de Ucrania, aprovechando nuevos acuerdos con Rusia y sin enemistarse abiertamente con Europa.
En todo caso, ya hay voces que están llamando a replantearse las relaciones con Pekín. Es el caso del director ejecutivo de Deutsche Bank, Christian Sewing, que advirtió este miércoles que una recesión en Alemania es inevitable e instó a los líderes del país a acelerar su desvinculación de China.
“Cuando se trata de dependencias, también tenemos que enfrentarnos a la incómoda pregunta de cómo tratar con China. Su creciente aislamiento y las crecientes tensiones, especialmente entre China y Estados Unidos, representan un riesgo considerable para Alemania”, dijo Sewing, y agregó que China se había convertido en una “piedra angular” de la economía alemana.