La recuperación económica de China tras la crisis del coronavirus, junto con un crecimiento estructural duradero, promete estimular los beneficios de las empresas del país en el Año del Buey, como corresponde a las características de la especie.
En el zodiaco chino, el símbolo del Año Nuevo Lunar que comienza el 12 de febrero es un buey. La cultura china estima a estos animales por su fuerza y su capacidad de trabajar duro. La resistencia de la economía china, similar a la del buey, permitirá a las empresas productivas seguir adelante, en beneficio de los inversores.
El índice MSCI China A Onshore subió más de un 40% el año pasado. Este avance refleja la resistencia de los beneficios de las empresas locales después de que el país actuara con rapidez para reabrir su economía tras los confinamientos. Además, pone de relieve las perspectivas positivas de los beneficios para el nuevo año que comienza.
El PIB de China creció un 2,3% interanual el año pasado, siendo uno de los dos únicos países del G20 que registraron un crecimiento positivo en 2020. Las autoridades chinas consiguieron reducir drásticamente las tasas de infección del Covid-19, mientras sus responsables políticos estimulaban la economía. Este reinicio más temprano en relación con otras economías da a los inversores una mayor claridad sobre las perspectivas para los beneficios empresariales.
En un principio, el auge de China se vio impulsado por un repunte en la producción industrial: la producción de las fábricas abarca desde materiales tecnológicos y de comunicación para facilitar el trabajo desde casa hasta equipos de protección personal, como las mascarillas. Junto con las medidas de estímulo fiscal, esto precipitó una reactivación del consumo interno y de la inversión en activos fijos.
Esta fortaleza económica inherente está haciendo que el mercado de acciones clase A se haya convertido para el consenso en una apuesta positiva, lo que hace temer que se produzca una burbuja similar a la de 2015. La participación del inversor minorista local es elevada, al igual que la inversión mundial en acciones A a través del sistema de negociación Stock Connect.
No obstante, para la gestora, los inversores aún pueden encontrar valor relativo en las acciones clase A. Con un PER forward (relación precio-beneficio a plazo) de 17 veces (basado en la previsión de beneficios para 2021), el índice MSCI China A Onshore cotiza por encima de su media histórica.
Es probable que el ritmo de crecimiento se reduzca este año como consecuencia natural de la rápida recuperación de China: los datos oficiales del PIB muestran que el país ya ha recuperado su tendencia anterior a la crisis. Sin embargo, aunque los inversores pueden esperar una reducción del apoyo fiscal, esto no significa que China vaya a sufrir una desaceleración importante, sino que las condiciones financieras pasarán de ser acomodaticias a neutrales. Nuestro Research Institute prevé que el PIB de China crezca a ritmos de un solo dígito alto en 2021.
Por otro lado, para Aberdeen Standard resulta alentador que las autoridades se hayan comprometido a no endurecer los tipos de interés con demasiada rapidez, lo que apunta a la estabilidad. Si las empresas pueden seguir pidiendo préstamos a tipos bajos, esto será un buen augurio para los beneficios. Además, los responsables políticos conservan aún munición para accionar las palancas monetarias y fiscales e inyectar liquidez en el sistema para salvaguardar la recuperación de China. Gracias a que su economía está creciendo, los responsables políticos pueden emplear políticas ortodoxas, lo que reduce los riesgos de desviación fiscal.
Sin embargo, la gestora sigue viendo divergencias sectoriales. De cara al futuro, el consumo se convertirá en el indicador clave para evaluar la salud de la economía china. En este sentido, los inversores podrían centrarse en los valores de calidad de consumo discrecional y de consumo básico que se beneficien del crecimiento estructural de China. El Covid-19 ha cambiado definitivamente algunos hábitos de gasto, ya que la gente compra desde casa, lo que ha resultado positivo para áreas como las compras online y la atención sanitaria digital.
Otro ámbito en el que los inversores pueden esperar crecimiento es el de la energía verde, ya que China se ha comprometido a lograr la neutralidad de carbono para 2060. Esta transición requerirá una inversión masiva en empresas que suministren energía renovable, baterías, vehículos eléctricos e infraestructuras relacionadas.
Las empresas chinas ya son líderes mundiales en la cadena de suministro de energías renovables. Los fabricantes de aerogeneradores chinos representan el 26% de la capacidad mundial y los de baterías el 78%. Además, son responsables del 91% de la producción de placas de silicio para captar la energía solar. Creemos que los inversores deberían centrarse en los fabricantes de equipos y en las empresas que operan en la cadena de valor.
Las provincias y ciudades chinas estarán a la cabeza en la compra de equipos para obtener energía eólica y solar, así como de las baterías para alimentarla. Hemos visto que algunas energías renovables han alcanzado la paridad de red, donde el coste de producción es el mismo que el de los combustibles fósiles.
En general, para Aberdeen Standard Investments, los inversores deben pensar detenidamente dónde invertir y qué evitar en el año nuevo que vamos a comenzar. Dicho esto, gracias a la resistencia de la economía china, no les faltarán opciones de crecimiento atractivas.