Tras el fugaz rebote de ayer en Europa, los mercados vuelven hoy a debacle. La tendencia bajista se ha instalado en las bolsas y parece que, de momento, al menos en el corto plazo, continuará. Desde el Covid no veíamos estas vertiginosas caídas en bolsa. ¿Hacia dónde se dirigen los índices europeos?

Creo que los índices europeos se dirigen hacia niveles inferiores, aunque afirmarlo con rotundidad en este contexto de alta volatilidad tiene su complejidad. Pero, más allá de elucubraciones, lo cierto es que ya podemos calificar las caídas actuales como una corrección de largo plazo. Si miramos al DAX, la caída de anteayer ya ha alcanzado el origen del último gran impulso alcista, que comenzó en la zona de los 19.000 puntos, incluso un poco por debajo. Además, los precios han perforado a la baja el nivel del 0,618% de retroceso de Fibonacci, medido desde todo el tramo alcista iniciado en agosto de 2024. Y eso en Europa, porque en EEUU esos niveles ya se superaron hace tiempo. Por tanto, ¿a qué estamos corrigiendo realmente ahora? A todo el gran impulso alcista que nació en octubre de 2023. Es decir, cualquier debate sobre si esto es solo una corrección de corto plazo carece ya de sentido. Esto es una corrección de largo plazo. ¿Ha terminado ya? En mi opinión, no. Pero en cualquier caso, lo que estamos viendo es una corrección profunda, y de una magnitud que no veíamos desde el desplome provocado por el COVID.

Y todo ello con el añadido de que a finales de esta semana arranca la campaña de resultados empresariales del primer trimestre en EEUU. Es probable que los resultados aún no reflejen el impacto del tema arancelario, pero sí podrían hacerlo en el apartado de expectativas, y ahí es donde muchas compañías podrían cambiar el tono de forma notable, lo que, a su vez, podría servir de catalizador para que el mercado siga cayendo.

Además, a diferencia del COVID, donde el mercado cayó de forma vertical, en esta ocasión estamos viendo una caída más ortodoxa, más técnica, en forma de patrón correctivo clásico: A-B-C, o incluso podríamos estar aún dentro de una gran onda A, como muestra el gráfico del euro Stoxx 50. En ese caso, el panorama sería incluso más preocupante. En definitiva, lo cierto es que el aspecto técnico del mercado no invita al optimismo.

Se suele decir que las caídas son un buen momento para aprovechar a entrar y lograr oportunidades... 

Yo no lo veo claro. El petróleo está perdiendo niveles que no se veían desde 2021, y eso lo que anticipa es una recesión. El mercado ya está contemplando esa posibilidad. Es decir, durante el COVID, la caída fue brutal, sí, pero también inmediata y vertical, y aunque no sabíamos cuánto duraría ni qué consecuencias tendría, había una certeza: de una forma u otra, en algún momento terminaría. Ahora es distinto. Lo que dijo Trump ayer deja claro que esto no es una de sus salidas de tono, sino que el tema arancelario ha llegado para quedarse. Y eso cambia las reglas del juego.

La guerra comercial va a ser intensa, y su impacto en el comercio global será más que evidente. ¿Hasta qué punto? No lo sabemos aún. Pero en este entorno, sinceramente, nada invita a pensar que este sea un buen momento para comprar, porque todavía hay margen de caída. Claro que lo hay. Venimos subiendo sin interrupciones prácticamente desde 2009, con la única excepción del COVID. Pero más allá de eso, lo cierto es que llevamos más de una década de subidas, y en algún momento tenía que llegar una corrección con cierta proporcionalidad, una que respete mínimamente los niveles de retroceso de Fibonacci desde los mínimos de 2009. No digo que vayamos a volver a esos niveles, pero desde un punto de vista técnico me parece lógico pensar que aún hay espacio para más corrección. Por eso, pensar como en otras ocasiones que "cualquier caída es buena para comprar”, que ha funcionado tan bien en otros momentos, hoy está completamente fuera de contexto, porque antes todas las correcciones que vimos eran puntuales y dentro de un mercado claramente alcista; el entorno actual, en cambio, ya no se puede calificar de alcista, o al menos, ha dejado de serlo.

En Wall Street las caídas son mucho más pronunciadas. El S&P 500 ha registrado ya cuatro días consecutivos de pérdidas, descendiendo un 12% desde el pasado miércoles y un 19% desde su pico en febrero. Está un 1% de entrar en mercado bajista. ¿Estamos en caída libre? o ¿hay todavía algún soporte calve que podría sostener la situación?

Técnicamente no estamos en caída libre, porque esa expresión implicaría estar marcando mínimos históricos, y no es el caso. Pero entiendo perfectamente que la sensación que transmite el mercado -y más aún con la volatilidad que estamos viendo- haga que esa idea resuene en nuestras cabezas con fuerza. Lo que sí es claro es que estamos ante una corrección de largo plazo, y eso se refleja aún con más claridad en los índices americanos. El S&P 500, en los mínimos intradía de ayer, llegó a corregir el 0,618% de Fibonacci de toda la subida iniciada en octubre de 2023. Desde el punto de vista técnico más ortodoxo, no hay duda: esto es una corrección profunda y de largo plazo. Estamos en un escenario correctivo de largo plazo, haya o no finalizado.

¿Hay algún soporte clave en el corto plazo en el S&P 500? Sí, el índice se ha detenido -al menos de momento- en la zona de los 4.940 puntos, un nivel horizontal importante. El problema es que todos los soportes anteriores han sido perforados sin ofrecer apenas resistencia. ¿Qué nos hace pensar que este será diferente? Ahora mismo, sinceramente, no veo ningún argumento técnico que sustente esa idea. Por tanto, no esperaría grandes cosas desde el lado positivo en el corto plazo, si por ello entendemos un rebote que devuelva a los índices a niveles anteriores, lo veo muy poco probable. Basta con hacer un cálculo básico: para que el S&P 500 recupere el terreno perdido solo desde finales de marzo, tendría que subir más de un 16% desde los niveles actuales. En el contexto actual, pensar en una recuperación de ese calibre no es realista. No es solo análisis técnico, es sentido común.

Dos grandes preguntas que se hacen los inversores: ¿Hasta dónde podrían llegar las caídas? y ¿Qué podemos hacer en estos momentos?

Mi respuesta es clara: esperar y observar. No es momento de actuar impulsivamente, pero sí de proteger lo que tengamos en cartera. Si vemos que esto sigue cayendo hoy, mañana o los próximos días, lo más sensato es cubrir posiciones. ¿Cómo? Una opción es abrir cortos sobre el índice correspondiente, sobre todo si nuestra cartera está muy concentrada en un solo mercado. Otra posibilidad más precisa es cubrir título por título con CFDs, si el volumen y el perfil del inversor lo permiten. Personalmente, estaría mucho más tranquilo así. En cuanto a los márgenes de caída, la realidad es que los índices europeos parecen tener más recorrido bajista que los americanos. Lo llevo observando desde hace semanas, pero curiosamente esa divergencia no termina de cerrarse. El mercado sigue manteniéndola.

¿Hasta dónde nos podemos ir? Si nos fijamos en el impulso alcista iniciado en octubre de 2023 en EEUU, ese tramo ya ha sido corregido en su mayor proporcionalidad de Fibonacci. Pero es que ahora los índices están empezando a corregir también el movimiento que comenzó a principios de 2023. Por eso insisto tanto en que no estamos ante una simple corrección de corto plazo, sino ante una corrección estructural de largo recorrido. Por ejemplo, el NASDAQ 100 ya ha retrocedido el 50% de todo ese impulso iniciado en enero de 2023; el siguiente nivel relevante está en torno a los 15.070 puntos, lo que se traduce en más de 2.000 puntos de caída potencial.

El S&P 500, por su parte, ya ha alcanzado el retroceso del 0,618% de toda la subida desde octubre de 2023, lo que confirma la magnitud de la corrección; si esto sigue, podríamos ver caídas muy importantes todavía. Sobre los siguientes niveles clave en el S&P 500, un primer nivel es 4.880 puntos, pero es que estamos casi ahí. Por tanto el siguiente nivel importante es 4.090 puntos. Caer hasta ahí supondría un nuevo desplome.

En el caso del IBEX 35, no lo tengo tan claro, pero lo más probable es que siga comportándose mejor que sus homólogos europeos y estadounidenses, por su menor exposición al sector tecnológico, que está siendo el más castigado. Ahora bien, eso no significa que sea momento de comprar Ibex 35; el sector bancario está empezando a mostrar señales preocupantes, y es uno de sus pilares.

Ahora bien, para quienes no puedan resistirse a “hacer algo”, una estrategia market neutral podría ser abrir largos en el Ibex 35 y cortos en el Nasdaq o el S&P 500. No es necesariamente una mala idea, pero repito: yo, ahora mismo, no entraría en nada.

En cualquier caso, lo que creo es que no hemos visto aún la zona de pánico. 

¿Qué significa exactamente eso de que “no creo que hayamos visto todavía la zona de pánico”?

Sinceramente no lo creo. Y eso va a depender bastante de cómo cierren hoy y mañana los mercados, porque, a pesar de que la estructura actual es claramente bajista, tanto el S&P 500 como el Nasdaq están ahora mismo en zonas de soporte relevantes desde una perspectiva de largo plazo. ¿Eso es suficiente para pensar que aquí puede frenarse la caída? No necesariamente. Si esos soportes se rompen, en el caso del S&P 500 estaríamos hablando de una posible caída hasta los 4.090 puntos. Por tanto, no podemos descartar que eso suceda. Ahora mismo las dudas son miles. Y cuando eso sucede, lo mejor es quedarse quieto, observar y proteger lo que ya tengamos en cartera. Pero no es momento de abrir nuevas posiciones, porque el mercado todavía no ha dado ninguna señal de giro clara.

Por ahora, eso es lo que hay. Veremos cómo evoluciona y si en algún momento aparece alguna señal que nos indique un posible suelo o un cambio de tendencia. Por el momento, no se ha producido.