Mantener los hábitats
Se necesita aumentar la producción de proteínas derivadas del océano, pero hay que hacerlo de una manera sostenible que reduzca el importante impacto que la pesca ha tenido en el medio ambiente, salvaguarde los hábitats marinos y proteja los medios de vida de quienes se dedican a la pesca.
Nuestros océanos albergan una biodiversidad asombrosa, pero el impacto del progreso humano y la industrialización ha sido dramático y grave. Ya sea por la sobrepesca, el uso de fertilizantes en tierra que se filtran al mar, la acidificación por las emisiones de carbono o la contaminación por plásticos, las acciones humanas están afectando a los océanos que nos rodean. A veces se trata de acciones aparentemente pequeñas que provocan grandes impactos.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza estima que entre el 15% y el 31% de todo el plástico de los océanos podría proceder de fuentes primarias, pequeños microplásticos que entran en los océanos tras ser liberados por productos domésticos e industriales. Estos microplásticos forman parte de la vida cotidiana: podrían encontrarse en los geles de ducha y los exfoliantes, por ejemplo, o podrían proceder de los tejidos sintéticos que llevamos cada vez más.
De hecho, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) estima que alrededor del 35% de todos los microplásticos primarios liberados en los océanos del mundo provienen del lavado de textiles. El lavado de los textiles sintéticos conduce a la liberación de microplásticos, y una investigación de 2011 encontró que "una sola prenda puede producir más de 1.900 fibras por lavado". Es de vital importancia que abordemos el problema de los microplásticos y las microfibras para ayudar a proteger los océanos que nos rodean. Como parte de nuestra estrategia como propietarios de acciones, estamos colaborando de forma activa y urgente en esta cuestión con una serie de fabricantes de electrodomésticos para concienciar y mejorar los estándares.
Aumentar la producción eólica en alta mar
La energía renovable, en muchos casos y en muchos lugares, es una de las fuentes de energía más baratas, si no la más barata. La energía eólica marina es un área que tiene un potencial significativo: los paisajes sin obstáculos con altas velocidades de viento sugieren que la energía eólica marina podría desempeñar un papel importante en el paso a un sistema energético bajo en carbono impulsado por la energía renovable. La energía eólica marina también podría desempeñar un papel clave en la producción de hidrógeno "verde".
Descarbonizar el transporte marítimo internacional
La presión para descarbonizar las industrias se está sintiendo en varios sectores, y esto incluye el transporte marítimo. La Organización Marítima Internacional (OMI) estima que, si bien la intensidad de carbono de la industria ha mejorado en los últimos años, las emisiones del transporte marítimo internacional representaron alrededor del 2,9% de las emisiones antropogénicas en 2018.
La buena noticia es que hay soluciones potenciales para esto, incluyendo, por ejemplo, combustibles alternativos como el hidrógeno, y que las empresas de transporte marítimo y de energía están trabajando juntas para hacer que estas soluciones sean una realidad.