Antonio Otero, CEO Futuver, fundó la compañía en 1997, en Gijón, con la idea de integrar consultoría y tecnología, algo poco común en aquel momento. “Había mucha gente que sabía de tecnología, pero no de gestión, de cambio o de recursos humanos. Intentamos unirlo en una compañía”, explica.
Desde sus inicios, la empresa apostó por la especialización en el sector jurídico, un ámbito que en aquel momento no atraía a las grandes tecnológicas. Su primer gran hito fue la digitalización de los registros de la propiedad en España, lo que les proporcionó el conocimiento necesario para su expansión. “Tenemos la mejor seguridad jurídica preventiva del mundo, gracias a registradores y notarios”, apunta.
En 2007, la empresa dio el salto internacional con la modernización de los registros de la propiedad en México, creando en Tamaulipas el primer registro 100% electrónico del mundo. “Fue caso de éxito de Microsoft a nivel mundial porque cambiamos el paradigma de los registros jurídicos en México”, destaca. Se quitó la corrupción, hubo transparencia y la tecnología desarrollada en ese proyecto evolucionó hasta LegalTech, su solución especializada en digitalización jurídica con inteligencia artificial. Y es que Futuver es Partner Gold de Microsoft, pero no están presentes en sus eventos. “Microsoft nos ha dado dos proyectos de éxito mundial, pero este año hemos decidido darnos mucho más a conocer. De nada sirve tener una tecnología como la que tenemos si no la ponemos en valor”.
A partir de LegalTech, Futuver amplió su alcance a la gestión universitaria. “El 80% de los trámites electrónicos son comunes en distintos sectores”, explica. Su plataforma permite gestionar expedientes académicos de forma segura, con trazabilidad completa. Han aplicado esta misma tecnología para el sector bancario, permitiendo la creación de hipotecas 100% electrónicas y la gestión de embargos.
Con un 70% de su facturación fuera de España, Futuver ha consolidado su presencia en Latinoamérica, principalmente en México, Panamá. “El talento no depende del lugar, sino de las personas. Puede estar en Gijón, en Silicon Valley o en una isla perdida en las Azores”, afirma Otero. Su estrategia de expansión ha sido progresiva, abriendo oficinas y estableciendo relaciones a largo plazo en cada país, hasta el punto de “sentirse extranjeros” en su propio país.
Uno de los éxitos de la empresa es el equipo, asegura. “Ahora mismo todo el mundo le hacen ofertas, y seguramente mejores que la nuestra. Pero hay un elemento que la gente valora, que no son un número. Saben que dentro de la casa tienen una proyección”. Además, recalca el valor humano dentro de las corporaciones: “ahora que estamos viendo un mundo totalmente tecnológico, el elemento humano es mucho más importante”. Para él, la IA no es una revolución, sino que es “un cambio de era”, y como tal, la han integrado en todos los procesos y elementos posibles de la compañía.
El próximo gran objetivo de Futuver es el mercado estadounidense, a pesar de las diferencias en su sistema legal. “EEUU es un mercado rápido, pero sin la seguridad jurídica de los modelos latinos. Se le puede aportar mucha información a su mercado”, asegura Otero.