Spagnolo explica que “España no tiene un problema de deuda pública, pero está en el ojo del huracán por un problema de liquidez, de falta de credibilidad y de exceso de deuda privada, deuda que en los últimos años se ha refinanciado gracias a acreedores extranjeros. Éste es nuestro mayor punto de vulnerabilidad y, para solucionarlo, debemos fomentar políticas de exportación, de favorecer el sector exterior, pues es complicado que España crezca sin un sector exportador que contribuya mucho más”.
Respecto al sistema financiero español, desde Merrill Lynch WM no están convencidos de que el ‘banco malo’ sea una solución. “Nuestra preferencia sería continuar con un proceso de reestructuración entidad por entidad, pero más rápidamente que hasta ahora, con dirección pública estatal, no europea, y eventualmente con la decisión de liquidar o consolidar algunas entidades”.
“Abogamos por una diversificación de la cartera máxima y un sesgo hacia España mínimo”. Respecto a la diversificación, “Europa no nos interesa demasiado, parece un mercado barato, pero puede empeorar. Dentro de este contexto, la bolsa española no nos interesa en exceso, pues tiene un componente de ventas bastante superior al de otros países de la zona, es un país con un desapalancamiento estructural y con todos los agentes desendeudándose y ahorrando y, cuya media”.
En cambio, “estamos posicionados en EE.UU., menos en Europa, bastante en emergentes y con un sesgo claro hacia compañías de alta capitalización, que durante los últimos 10 años se han comportado peor que las de pequeña capitalización, con balances sólidos, con alto pago de dividendos, muy internacionales y con exposición a ventas a países emergentes, en especial, hacia el consumo asiático”.
En el mercado de deuda, “no nos gusta en términos generales la renta fija soberana de países desarrollados. Preferimos el crédito corporativo y el high yield”.