Lo decía la directora de inversión de Fidelity en Asia (ex Japan), Catherine Yeung en una reciente conferencia con inversores en Madrid. “Hace unos años, el presidente de Singapur se reunió con el embajador de Dinamarca en su país y le preguntó por qué dos países con una población similar y un PIB parecido se diferenciaban tanto en el número de premios Nobel recibidos en su historia. Mientras que los daneses habían obtenido 13, el país asiático no contaba con ninguno de esos prestigiosos galardones. La cuestión, para el diplomático nórdico era la educación. En su tierra el gobierno educa para fomentar la creatividad y en China no”.
Podría ser ahí donde radica la solución al proceso de transformación en el que se encuentra China. El motor económico mundial está luchando por cambiar una economía basada en la fuerte inversión en infraestructuras e industrias de poco valor añadido por un país más moderno. Es decir, con un crecimiento de un perfil más centrado en el consumo, la tecnología y las actividades de más valor.
Por eso para Yeung ha llegado la hora de cambiar la visión que tienen los mercados sobre el país y dejar de obsesionarse por el crecimiento. De hecho, según los datos que ofrece la entidad, históricamente la correlación entre la rentabilidad de la bolsa y el crecimiento del PIB de los distintos países, es negativa. En concreto, la correlación es de -0,029.
En el caso de China esta relación es de un 0,4 pero, con todo, en Fidelity consideran que en la actualidad lo que más va a afectar a la bolsa China no es el crecimiento del país, ya sea de un 5%, un 6% o un 7%. Es decir, que la subida de sus mercados no estaban justificada por fundamentales y que un crecimiento de esa magnitud del PIB no tiene por qué hundir las bolsas.
Lo que más va a afectar es el gobierno de Xi Jinpin y su agenda reformista. De hecho, en opinión de Yeung, “China podría ser el mayor disruptor de las bolsas mundiales. Hay que tener en cuenta que el presidente no sólo quiere impulsar el crecimiento, sino que quiere un mayor control político y por eso está tomando medidas anticorrupción. En el país se dice que el nuevo presidente es tan poderoso, al menos, como lo era Mao Tse-Tung”. Lo que quiere Jinpin es impulsar el poder de su país a nivel global, afirman.
Lo hemos visto en la reciente visita oficial del presidente a Estados Unidos la pasada semana. El líder chino dejó para el final su reunión con Barack Obama y antes de él optó por reunirse con una serie de empresarios tecnológicos entre los que se encontraban nombres como Apple, Microsoft o Boeing. Aunque entre los dos dignatarios se alcanzaron acuerdos, como el de poner fin al espionaje industrial mutuo, lo cierto es que parecía que Xi Jinpin le interesaba tener una agenda propia más allá de su homólogo de la Casa Blanca. Es más, el siguiente paso, para Yeung es que podemos ver presiones de China para tener más poder en algunos organismos internacionales, como el propio FMI.
Pero para la gestora, la cuestión es muy simple: “Si quieres ser un líder global no sólo tienes que conformarte con ser el mayor fabricante mundial de juguetes”. Y en eso está China y ahí van a estar las oportunidades de inversión, según todos los gestores de Asia que formaron parte de esta jornada.
Las medidas anticorrupción del ejecutivo chino podrían pasarle factura a las cifras de consumo ya que hay datos que implican que entre el 15 y el 20% del consumo del país se genera por actividades generadas por el gobierno o empresas o agencias gubernamentales. Es decir, que en opinión de Raimond Ma, gestor del FF China Consumer Fund afirma que estas medidas anticorrupción podrían reducir las cifras de consumo del país. De hecho, ya está pasando, como se ve en este gráfico.
Y eso a pesar de que al parecer el fuerte desplome de la bolsa china no ha tenido tanto efecto en la riqueza del país como se esperaba. Es decir, en opinión de estos expertos esto se traducirá en que el consumo tenderá a estabilizarse en crecimientos anuales de alrededor de un 10% lo que, incluso aunque no se crezca a ritmos como los de hace unos años, implican una indudable oportunidad de inversión.
Uno de los temas de inversión que más gustan a Ma es todo lo que tiene que ver con la generación de los Millenials en China. En la actualidad los nacidos en China entre 1980 y 1999 son más que todos los nacidos en ese periodo en Estados Unidos y Europa de forma conjunta. En Fidelity consideran que habrá oportunidades de inversión en categorías que suenan bien a esta generación, como cosmética, ropa de deporte, viajes, cine, televisión, coches…..
Por si fuera poco, la penetración de la telefonía móvil inteligente va a permitir que crezcan aún más las ventas online, que ya suponen casi la mitad del total.
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