Si el 2016 se anticipaba como un año en el que podían explotar importantes cisnes negros como el Brexit o la victoria de Donald Trump –sucesos que finalmente se terminaron produciendo–, 2017 podría mantener esa misma dinámica. Todo ello, teniendo en cuenta la tranquilidad que se ha vivido en las bolsas europeas en los primeros compases del ejercicio con sacando la punta positiva a la nueva administración estadounidense y olvidándose, en parte, del proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Esto es algo que puede cambiar a partir de este mes que estrenamos. Marzo es el arranque del segundo trimestre del año y también el comienzo de la estación primaveral, que particularmente este año se antoja bastante caldeada. Principalmente, por factores políticos que pueden inyectar un grado de volatilidad importante a las principales plazas del viejo continente.
En los últimos tiempos se ha puesto de manifiesto que la globalización puede haber ido demasiado lejos para algunos, ciertamente a facciones de la sociedad dentro de la población envejecida de Occidente, “muchos de los cuales han empezado a sentirse amenazados por un mundo en rápido cambio que parece ofrecer poco para ellos”, comenta Paul Markham, gestor de cartera global de Newton AM.
La inmigración, el rápido desarrollo tecnológico y el cambio cultural han llevado a un nostálgico anhelo de más control sobre las fronteras, “lo que ha sido mejor demostrado hasta ahora por el resultado del referéndum de la Unión Europea en el Reino Unido y la victoria presidencial de Donald Trump”, añade contextualizando el clima que ahora mismo envuelve al conjunto de Europa.
El Brexit acaba de empezar
Pero no termina todo en marzo. Y es que a finales se espera que se active el artículo 50 de la Unión Europea por parte del Reino Unido para iniciar su proceso de salida del Eurogrupo. Sobre ello, Hartwig Kos, co CIO y Co responsable de Multiactivos de SYZ Asset Management, considera que recae dentro del “riesgo político”, pero seguramente influirán sobre todo a las “dinámicas de crecimiento e inflación del Reino Unido”.
Rimeu agrega al respecto el riesgo del Brexit “es de sobra conocido por el mercado”, la libra está mucho más baja que hace un año y los mercados de renta fija ya han descontado esta historia “con unos tipos reales muy negativo”. Por todo ello, no piensan que vaya “a tener un impacto muy significativo”, en los mercados.
De esta manera, según Martin Currie, filial de Legg Mason especializada en renta variable, este telón de fondo bajo crecimiento y separatismo político, que se ha podido plasmar a través del Brexit, “podría ser el catalizador para que los gobiernos tomen medidas para estimular sus economías individuales”.
Por tanto, las empresas de los sectores de materiales e industriales “se beneficiarían si los gobiernos buscan aumentar el gasto directo y, mientras que los constructores de viviendas de Estados Unidos han visto que su fortuna se desploma tras Brexit, hay señales positivas para aquellas empresas con exposición de bienes raíces pan-europeos”, añade Martin Currie.
Francia, un polvorín
Con todo, el evento más importante que se producirá durante este periodo son las elecciones francesas, que pueden marcar un antes y un después para el destino de la Unión Europea. Una posible victoria del Frente Nacional, de ideología de ultraderecha, con Marine Lepen a la cabeza, podría poner en riesgo la integridad de la UE tal como la conocemos al día de hoy. Las posibilidades de que esto suceda son reducidas, pero, como explica Markham, “no dejan de ser las mismas que en su momento tenía Donald Trump”.
Actualmente, hay dos candidatos que podrían llegar a segunda vuelta con Lepen: François Fillon, candidato de la derecha moderada, que en los últimos tiempos se ha visto salpicado por escándalos de corrupción, y Emmanuel Macron, aspirante del centro político.
Según Janwillem Acket, economista jefe, Julius Baer si Macron sigue acapara los votos de la izquierda y la derecha moderada, como parece hacer últimamente, tendrá una buena oportunidad de “llegar segundo en la primera ronda”. Si eso ocurre, podría entonces desafiar seriamente a Le Pen en la segunda ronda y ganar, “dado su impulso a sobre los votantes franceses, que el 70% son amigos de la UE”. Tal resultado sería un gran respiro y podría desencadenar “un rally de alivio en el mercado”.
Sin embargo, Acket espera “una postura defensiva del mercado y una mayor volatilidad antes de estas dos rondas electorales, como fue el caso antes de Brexit y las elecciones presidenciales de Estados Unidos”.
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