James Donald, gestor de renta variable emergente de Lazard Asset Management  reconoce que "las bolsas de los mercados emergentes han experimentado un fuerte repunte en los últimos dos años, pero creemos que aún continúan ofreciendo oportunidades de inversión atractivas, especialmente en comparación con los mercados desarrollados".  Apoyadas en un mayor crecimiento mundial, precios de materias primas más estables y menor inflación, las empresas de mercados emergentes están acelerando el aumento de sus beneficios, sus flujos de efectivo y sus rendimientos sobre el capital (ROE).

 

Los riesgos potenciales, sin embargo, incluyen un fuerte aumento en la inflación en el mundo desarrollado, particularmente en los EE.UU., lo que podría resultar en alzas súbitas de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal. Creemos que el escenario ideal de normalización de tipos de interés para los mercados emergentes es gradual. Los riesgos adicionales incluyen la implementación potencial de políticas proteccionistas, algo que afectaría los flujos comerciales y de inversión, precios más bajos de las materias primas y riesgo geopolítico en Medio Oriente y en la Península Coreana.

Si bien las valoraciones han aumentado desde principios de 2016, las bolsas de los mercados emergentes aún cotizan con un descuento atractivo frente a las bolsas de los mercados desarrollados y los índices de renta variable global, mientras que también ofrecen ROEs comparables y mejores dividendos en algunos casos.

Teniendo en cuenta todo esto, esperamos que los mercados emergentes continúen sobresaliendo en un entorno de crecimiento global estable y modesto.

En cuanto al mercado de  renta fija,  Denise Simon, gestora de renta fija de Lazard Asset Management  cree que la deuda de los mercados emergentes también se ha recuperado en los últimos dos años, registrando un sólido desempeño en términos absolutos y en relación con otras clases de activos de renta fija. Creemos que esto ha marcado un punto de inflexión para la deuda emergente, que sale de un mercado bajista caracterizado por la ampliación de los diferenciales de crédito y las importantes depreciaciones de las divisas.

"Consideramos que la deuda de los mercados emergentes se encuentra en las primeras etapas de un mercado alcista, respaldado por mejoras en los fundamentales y las condiciones económicas globales. Además, esperamos que el crecimiento de los mercados emergentes continúe recuperándose en 2018, tanto en términos absolutos, como en relación con los mercados desarrollados", explica.

Los principales indicadores, tanto en los mercados emergentes como en los principales mercados desarrollados, están cerca de sus máximos recientes y se mantienen en una tendencia al alza, fortaleciendo aún más nuestra convicción. A pesar de que el crecimiento se reafirma, la inflación en las economías emergentes ha ido disminuyendo, dejando espacio para que una serie de bancos centrales, incluidos los de Brasil y Rusia, sean acomodaticios.

Es importante destacar que la mejora de los fundamentos también ha sido respaldada por valoraciones atractivas. Consideramos que las valoraciones de deuda de los mercados emergentes son generalmente atractivas, especialmente en términos de moneda local. El reciente aumento del rendimiento de las monedas locales ha sido el resultado de la debilidad del dólar estadounidense, en lugar de un aumento de las valoraciones. Los tipos de cambio efectivos reales permanecen por debajo de sus promedios a largo plazo y son más atractivos como resultado de la convergencia de las tasas de inflación en los mercados emergentes y desarrollados.

Si bien es probable que ciertos países enfrenten desafíos, la mayoría de los mercados emergentes se encuentran en un terreno más estable que hace algunos años. Creemos que los riesgos clave a observar en 2018 son en gran parte exógenos a los mercados emergentes, e incluyen el potencial de un crecimiento global decepcionante y la posibilidad de errores políticos por parte de los bancos centrales de los mercados desarrollados.