La inversión por factores no es nueva, sin embargo ha sido en los últimos años cuando los inversores se han acostumbrado a esta terminología y cada vez suena como algo habitual expresiones como el “Smart Beta”.
André Themudo, miembro del equipo de ventas de BlackRock en España y Portugal comenta que la inversión por factores comenzó en los años 30 cuando el famoso inversor Benjamin Graham lanzó el primer fondo “value” de la historia. Fue mucho más tarde, en la década de los 70 del siglo pasado cuando la gestora del banco americano Wells Fargo puso en el mercado el primer fondo de inversión por factores.
Themudo explica que la popularidad de los últimos años ha sido posible gracias “a la tecnología que nos ha permitido tratar los datos de los mercados y facilita la identificación y la separación de los factores de riesgo”.
Conceptualmente no es especialmente sencillo comentar qué son los factores. Pero no es más que otra manera de segmentar las compañías que cotizan en bolsa sin tener en cuenta, por ejemplo, la fórmula más tradicional como son los sectores. En la gestora americana BlackRock, hablan de factores como el value (valor), quality (calidad de las compañías), el momentum, el tamaño y la volatilidad.
Por tanto, una inversión por factores tendrá en cuenta estas características de las cotizadas independientemente de su sector.
Todas las firmas de inversión que apuestan por estas estrategias aseguran que los factores pueden ayudar a generar una mayor rentabilidad a largo plazo, ya que permiten a los inversores aprovechar oportunidades específicas de las bolsas como una mayor rentabilidad rentabilidad-riesgo. Tanto se ha popularizado su uso, que cuando se habla de ETF, por ejemplo, de los 4,5 billones de dólares que concentra este mercado, un 9% son ya vehículos Smart beta.
Los analistas de BlackRock señalan que cualquier inversor que quiera apostar por diseñar una cartera basándose en este tipo de estrategias tendría que incluir todos estos factores. Ellos los tratan como nutrientes de una dieta y recuerdan que cualquier régimen alimenticio debe incluir todos y cada uno de los alimentos. Eso sí, en mayor o menor medida, dependiendo del estado del organismo.
Lo mismo ocurre con las carteras de inversión. En su opinión, la historia ha demostrado que dependiendo de la fase del ciclo económico en la que se encuentren los mercados, será más oportuno incrementar la aportación de un factor u otro.
Themudo comentaba que en estos momentos, la economía del mundo va a seguir creciendo de forma sincronizada. De acuerdo con los estudios de BlackRock, este tipo de entorno –que ellos esperan que se mantenga durante los próximos dos o tres años-, favorece el factor momentum.
“Si comparamos el MSCI World con el MSCI World Momentum, vemos que el primero ha subido un 18%, frente al 28% del índice que opta por este factor”, indica el experto de BlackRock. “En el mercado estadounidense esta tendencia es más acusada por la presencia de las tecnológicas y la rentabilidad del índice por factores es el doble”.
Composición del menú
Para los expertos de esta firma, en estos momentos, los ingredientes de una dieta de inversión por factores debería sobreponderar momento, tamaño y calidad. Por otro lado, se mantendrían neutrales en value e infraponderarían volatilidad.
En estos momentos, los inversores que quieran apostar por los factores pueden hacerlo a través de fondos de gestión activa y de ETF, a través de los famosos Smart beta.