El primer semestre de este año estuvo marcado por un volátil contexto internacional, condicionado por las tensiones provocadas por la guerra de Ucrania tras la invasión por Rusia, que han llevado a un aumento de los precios de las materias primas en los mercados mundiales.
Así, el crudo Brent subió su cotización en el periodo un 66% respecto a 2021, situándose en una media de 107,9 dólares por barril en el primer semestre, mientras que el gas Henry Hub llegó hasta los 6,1 dólares por MBtu de media, un 118% más que entre enero y junio de 2021. Por su parte, el indicador de margen de refino se situó en una media de 15,5 dólares por barril en el semestre.
El resultado neto ajustado de Repsol hasta junio, que mide específicamente la marcha de los negocios, se situó en 3.177 millones de euros, con una aportación del negocio internacional de aproximadamente un 56%, cuyo principal exponente fue el área de Exploración y Producción, que desarrolla toda su actividad fuera de España.
En un comunicado, la energética señaló que esta cifra de beneficio neto, junto con los 2.499 millones de euros de ganancias obtenidos en 2021, compensa parcialmente los ejercicios 2019 y 2020, que "sumaron importantes pérdidas por un valor superior a 7.100 millones de euros, derivadas de los ajustes de activos para ser cero emisiones netas y de la pandemia sanitaria global".
Casi la mitad del resultado neto -1.206 millones de euros- correspondió a la valoración contable de los inventarios que la compañía almacena como reserva estratégica para España.
Repsol destacó que estos inventarios, que se han incrementado en el último trimestre, refuerzan su capacidad para garantizar el suministro, incluso en situaciones volátiles como las que se viven en todo el mundo desde el comienzo de la pandemia sanitaria y la guerra de Ucrania.
Este importante aumento de esta partida, que casi se triplicó respecto a los seis primeros meses del año anterior, se explica por la progresiva escalada de los precios de los hidrocarburos y sus derivados, condicionados, principalmente, por las tensiones generadas por la invasión de Ucrania.
Asimismo, la inestabilidad del entorno de negocio en Europa, sumada a la presión regulatoria en el continente con medidas contestadas por el sector -como la prohibición de la venta en la Unión Europea de coches con motor de combustión a partir del año 2035-, y su consiguiente impacto en la rentabilidad y competitividad a largo plazo de las refinerías del grupo, ha llevado a la compañía a registrar provisiones por deterioro del valor contable de sus activos de refino, que constituyen la mayor parte de los resultados específicos del semestre con 1.844 millones de euros.
RECORTA LA DEUDA A 5.031 MILLONES.
En lo que se refiere a la deuda neta de la compañía presidida por Antonio Brufau, se situó en los 5.031 millones de euros a cierre de junio, inferior en 869 millones al fin del anterior trimestre. Por su parte, la liquidez se situó en 9.380 millones de euros, suficiente para cubrir 3,9 veces los vencimientos de deuda a corto plazo.
El consejero delegado del grupo, Josu Jon Imaz, puso en valor que el esfuerzo que realiza el grupo "para seguir generando empleo e inversión para España, transformarnos y ser cero emisiones netas está siendo notable".
"Asumimos este compromiso con responsabilidad, igual que estamos contribuyendo a la sociedad, ayudando a nuestros clientes en un momento complicado y a la vez, garantizando el suministro. Todo ello, a pesar de que el contexto internacional es incierto y que acabamos de comenzar a superar una pandemia que arrastra importantes pérdidas", añadió.
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