La multinacional con sede en Leuven (Bélgica) negocia la venta de esta participación a su socio turco, incluyendo la suspensión de la licencia para la producción y venta de 'Bud' en Rusia.
AB InBev perderá así todos los beneficios financieros como socio no controlador de las operaciones de la 'joint venture' y asumirá un impacto negativo de 1.100 millones de dólares en sus cuentas del primer trimestre.