La temática de la mesa organizada por LLYC giró en torno a la necesidad de regular las inversiones en ESG y las inversiones de impacto en el mundo de la economía global y cómo ha ido evolucionando este ámbito dentro de las finanzas.

Almudena Alonso, directora senior de Stakeholders, comenzaba el debate poniendo sobre la mesa la necesidad real de distinguir y conocer estos conceptos, “la regulación y la inversión en ESG son dos conceptos que han ayudado a que la sostenibilidad sea ya el único camino a seguir”.

“Creemos que si de verdad se alinea la estrategia de la compañía con los criterios de sostenibilidad, gana la sociedad. Por ello, en LLYC hemos decidido crear un apartado específico que trate estos temas de sostenibilidad y responsabilidad social”, explicó Alonso.

Tras la intervención de la , directora senior de Stakeholders, le tocó el turno a Lara Contreras, gerente de Asuntos Públicos, quien definió a la perfección qué es la inversión de impacto, “es la inversión que tiene como propósito generar un impacto positivo, no solo busca una rentabilidad económica, sino también una responsabilidad ambiental y social”, lo que lleva a ver la economía como algo más que una mera forma de obtener una rentabilidad financiera.

Respondiendo a la pregunta ¿qué apuesta hace la Unión Europeea por el ESG? Lina Gálvez, eurodiputada del PSOE, aseguró que actualmente “se está dando un gran impulso a estos temas desde todas las instituciones de la Unión Europea” y añade que, “la Covid ha destapado nuestras vulnerabilidades, al igual que nos está pasando con la Guerra de Ucrania” y destacó la importancia del Green Deal de la UE, el Pacto Verde Europeo y la Acción de la UE por el clima.

En lo que respecta a la regulación, Lina Gálvez, hablaba sobre la obsesión que tenemos en general con el crecimiento, “pero tenemos que preocuparnos más en crecer bien y de manera sostenible y justa con la sociedad” y aseguraba que en España es ciertamente complicado, “por la crispación que tenemos, esto nos impide ver las cosas a más largo plazo” e incidía en la necesidad de que el sector público se ponga también manos a la obra en materia de contracción pública no basándose solo en el precio más bajo.

Por otro lado, Miguel Ángel Castellón, diputado por el PP, explicaba que la fuerza de la inversión ESG se encuentra en la regulación de la materia mediante leyes y detalló con exactitud el anteproyecto de Ley de Creación y Crecimiento de Empresas que está actualmente en marcha y cuyo objetivo es la institucionalización de la inversión de impacto y el fomento de su crecimiento, tanto a través de la mejora regulatoria y eliminación de obstáculos a las actividades económicas como mediante el apoyo financiero al crecimiento empresarial.

“El mercado ya está excluyendo bienes y servicios que no son sostenibles, así como empresas que no abogan por estos temas. El regulador va tarde y tenemos que empezar ya a legislar”, declaraba el diputado por el PP. Además, aseguro que, “a partir del próximo otoño vamos a tener esta regulación” y detalló las tres características clave: La voluntad de los accionistas de ser una empresa de impacto, la necesidad de que la involucración de las empresas sea medible y verificable por fuentes externas y la necesidad en sí de que las sociedades generen un impacto medioambiental y social en la gobernanza de la compañía”.

Asimismo, Pedro Goizueta, Director de Operaciones y Relación con inversores de Open Value, explicó que el concepto de “invertir en ESG o inversión de impacto” viene, a nivel teórico, “de no invertir en cosas que sean nocivas, pero luego todo el ESG incluye tener en cuenta criterios de gobernanza y sostenibilidad”.

Además, Goizueta aboga por una regulación inmediata, “la regulación está avanzando en la dirección correcta. Si bien es cierto que queda mucho camino aún por recorrer, lo está haciendo muy bien”.

Por último, Iñigo Alli, representante de SpainNab, incidía en la importancia que tiene conocer bien el mercado y aunar fuerzas para conseguir llegar a los objetivos de sostenibilidad en la economía global, “economía somos todos y todos tomamos decisiones cada día para contribuir a hacer una sociedad mejor”. Y aunque no sabe hasta qué punto es medible el impacto de las inversiones en las compañías, apoya la necesidad de una regulación que demuestre que las cosas sí se están haciendo bien.