Hasta el 60% de la población puede tener nódulos tiroideos, pero sólo el 7% de estas lesiones se detecta mediante palpación

Hasta el 60% de la población adulta española puede tener nódulos tiroideos, sin embargo sólo el 7% de estos nódulos son detectables por palpación durante un examen físico, lo que significa que muchos son descubiertos incidentalmente durante la realización de alguna prueba de imagen realizada por otros motivos, según ha indicado el doctor Roberto Romo, especialista de los servicios de Endocrinología y Nutrición de los hospitales Quirónsalud Córdoba y Quirónsalud Málaga, y del Centro Médico Quirónsalud Jaén.

El doctor Romo ha explicado que la patología nodular tiroidea, conocida como bocio multinodular, es una condición médica muy común que afecta a la glándula tiroides, ubicada en la parte frontal del cuello. Los nódulos tiroideos son crecimientos anormales de células que forman bultos dentro de la glándula y pueden ser sólidos o estar llenos de líquido.

Se trata pues de una patología muy prevalente, estudios con ecografía han detectado nódulos hasta en el 60% de los adultos y su frecuencia aumenta con la edad, llegando al 70% en personas mayores de 80 años. Aunque la mayoría de los nódulos tiroideos son benignos, en España se diagnostican aproximadamente 3.000 nuevos casos de cáncer de tiroides cada año, “lo que subraya la importancia de su diagnóstico y seguimiento adecuados”, ha afirmado el doctor Romo.

En este sentido, ha señalado que los nódulos tiroideos se forman por un crecimiento excesivo de células en la glándula, aunque no siempre se pueden conocer las causas exactas. Algunos factores que pueden contribuir a su crecimiento son la deficiencia de yodo en la dieta, la exposición a radiación en cabeza o cuello, y factores genéticos. Son más frecuentes en mujeres, con una proporción de 5 a 1 respecto a los hombres y su incidencia aumenta también en zonas con deficiencia de yodo.

El doctor Romo ha insistido en que la mayoría (más del 90%) son benignos, pero entre el 5 y el 10% pueden ser cancerosos, dependiendo de factores como la edad y el historial médico del paciente. El diagnóstico de nódulos tiroideos generalmente implica la realización de pruebas de función tiroidea mediante análisis de sangre, ecografía de tiroides, ya que puede detectar nódulos que no son palpables y proporcionar información sobre sus características, “dándonos una sospecha de benignidad o malignidad”, y, en algunos casos, se realiza una biopsia por aspiración con aguja fina (PAAF).

El tratamiento depende del tipo y tamaño del nódulo, así como de los síntomas que cause. Muchos nódulos benignos simplemente requieren observación y seguimiento periódico, y los que producen hormonas en exceso pueden necesitar tratamiento médico o cirugía. Los nódulos sospechosos de malignidad generalmente se extirpan quirúrgicamente y cada caso se estudia en los comités de tumores neuroendocrinos de los hospitales Quirónsalud Córdoba y Málaga, contando con equipos expertos de cirugía endocrina.