El impacto socioeconómico de las empresas es un aspecto fundamental para el desarrollo y el bienestar de una sociedad en diversos niveles. Desde la generación de empleo hasta la contribución al crecimiento económico, la innovación o el impulso de las regiones en las que operan, las corporaciones desempeñan un papel crucial en el tejido social y económico de cualquier comunidad.
En su propósito - acercar el mundo a través de la conectividad de las telecomunicaciones - Cellnex ya explicita su voluntad de mejorar la vida de las personas mediante la universalización de un bien tan básico como las comunicaciones.
Reconocida internacionalmente por los principales índices de sostenibilidad como una de las compañías de su sector más avanzadas en términos de respeto medioambiental, derechos humanos, gobernanza, relaciones con la comunidad, diversidad o estándares laborales, Cellnex fue una de las corporaciones europeas pioneras en la adopción de altos estándares no estrictamente financieros.
Validando aquella frase del fabulista griego Esopo: “Las palabras que no van seguidas de hechos no valen nada”, la principal gestora de infraestructuras de telecomunicaciones europea no quiere quedarse en la retórica y por eso realiza cada año un análisis exhaustivo del impacto de sus operaciones en los países en los que opera. Es su forma de demostrar su compromiso con valores y prácticas responsables que contribuyan al progreso socioeconómico.
En el corazón de este enfoque figura un Plan Director ESG con elevados objetivos medioambientales, sociales y de gobernanza sobre la base de "ser un facilitador del progreso social", incluyendo compromisos sociales que van desde la financiación de proyectos para la comunidad a la colaboración con organizaciones benéficas o programas educativos, sociales y culturales.
MÁS DE 7.000 MILLONES DE EUROS CONTRIBUIDOS AL PIB EUROPEO
Pero, más allá de sus compromisos con los valores y los programas de apoyo a la democratización de las comunicaciones, la propia actividad y visión empresarial de Cellnex genera un impacto que cada año es cuantificado a petición de la firma por una consultora externa independiente y publicado en su informe anual.
En el estudio de impacto de la actividad en 2022, la consultora mide la contribución del grupo al empleo y a la riqueza directa, indirecta e inducida en los doce países en los que opera.
Y los resultados hablan por si solos. En 2022, la empresa tuvo una contribución socioeconómica en los países analizados de 7.266 millones de euros en términos de PIB. El 38,9 por ciento de esta cantidad (2.826 millones de euros) corresponde al impacto directo mientras que un 46,5 por ciento (3.382 millones de euros) incluye la actividad económica generada por los gastos e inversiones de la empresa y un 14.6 por ciento (1.059 millones de euros (14,6%) se agrupa en el impacto inducido, que incluye el consumo resultante del incremento de la renta del trabajo asociado al empleo directo e indirecto.
El impacto de la actividad de la empresa en relación con el PIB europeo equivale a un 0,07% de la mediana del crecimiento de estos 12 países, con un impacto particularmente relevante en países como Francia (0,12% del PIB), Polonia (0,14% del PIB) o Portugal (0,19% del PIB).
Precisamente, el volumen de empleo directo e indirecto generado como consecuencia de las inversiones y actividades de Cellnex en los países en los que opera ascendió a 70.260, un 0,05% del total de los puestos de trabajo en los países en los que está presente.
A través de la medición de su impacto, el enfoque en el progreso social y el compromiso con los Derechos Humanos, Cellnex demuestra que el éxito empresarial y la aportación positiva en la sociedad no son excluyentes, sino más bien interdependientes e indispensables para ese futuro sostenible y próspero que requiere una consideración constante de las consecuencias de nuestras acciones.