Los dos entidades consiguen subir en el ejercicio más de un 20% y todo parece indicar que lo seguirán haciendo, siempre y cuando las cifras acompañen como ya lo hicieron en el primer trimestre. A la cabeza, la entidad que preside Ana Patricia Botín, que registró de enero a marzo un beneficio neto de 1867 millones de euros, un 14% más respecto al mismo período de 2016. Cifras que se vieron favorecidas por el ritmo de crecimiento de las regiones donde está presente: Latinoamérica y en España, el tirón de la financiación al consumo.

Por la parte de BBVA, el crecimiento fue algo “más bajo” – de 1.199 millones de euros – con un incremento del 69% respecto a 2016. Unas cifras que, aun siendo superiores a las previsiones del mercado, han tenido el tipo de cambio en contra pues, sin el efecto divisa, la mejora hubiera sido de un 79%. La venta de CNCB jugó a favor de las cifras frente a los 117 millones que supuso, en negativo, la reestructuración del negocio en España.

Unas cifras que, dice Sara Carbonell, responsable de fidelización de clientes de CMC Markets “hace pensar que Santander tiene mejor PER que BBVA en un sector que cuenta con buenas perspectivas porque, a mediados de 2018, estaremos en un entorno más favorable para los bancos ya que empezarán a incrementar sus márgenes y la rentabilidad del negocio tradicional”.   Con lo que en el punto de mira está el  ajuste que han realizado las entidades en un esfuerzo por reducir el número de oficinas con el objetivo de adaptarse a un cliente cada vez más tecnológico y con un objetivo de reducción. Desde el inicio de la crisis, Banco Santander ha cerrado un 14% de sus oficinas, hasta las 12.177 que tiene actualmente, a pesar de que ha incrementado un 3% el número de empleados.  En este trimestre, la reducción en número de empleados supone un 0,2% y apenas un 1% respecto a 2016. Por otro lado, BBVA en el último año ha hecho un ajuste mayor en personal y número de oficinas, del 3,2% y del 7,3%, respectivamente.

 

Por número de accionistas es Banco Santander la entidad que más inversores “ha reclutado” en el último año. De hecho, ha subido un 0,7% el número de accionistas desde 2016 mientras que BBVA ha reducido en un 2,4% el porcentaje de accionistas que poseen su acción. Si tenemos en cuenta las cifras desde el inicio de la crisis, Banco Santander ha incrementado en un 23% su volumen de accionistas mientras que su homóloga vasca ha reducido sus accionistas  en un 3,5%.

 

 

 La pregunta es, ¿queda potencial de revalorización? Depende. Si tomamos en consideración el precio objetivo que fijan los brokers, lo cierto es que ambas se han pasado de frenada. Los títulos de BBVA deberían cotizar a 6,89 euros, un 11% por debajo de los precios actuales.  Algo que también pesa sobre los títulos de Banco Santander, que colocan su precio un 9% por encima del que fijan las casas de análisis, en los 5,64 euros.

Desde un punto de vista técnico, Luis Francisco Ruiz, director de análisis de Ei reconoce que BBVA es un sobresaliente en filtros técnicos “con las medidas móviles cruzadas al alza presentando pendiente positiva, volatilidad reducida y la serie de precios con estructura de máximos y mínimos significativos crecientes”. (Ver: BBVA actualización de análisis tras los resultados)