S&P ha elevado la calificación crediticia de Repsol un escalón, pasando así de BBB- a BBB, con perspectiva estable, después de que el pasado mes de julio la agencia ya hubiese mejorado la perspectiva sobre la petrolera española de estable a positiva.
La agencia también ha mejorado la calificación a corto plazo, desde A-3 a A-2, ambién perspectiva estable.
En su decisión, S&P destaca que Repsol ha reducido "continuamente" su deuda neta en los últimos 18 meses, lo que combinado con su fortaleza de generación de flujo de efectivo le permite contar con unas métricas crediticias acordes con una calificación de BBB en los próximos dos años.
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Así, S&P sitúa su calificación crediticia de Repsol en el mismo nivel que Fitch y Moody's, es decir, dos escalones por encima del denominado 'bono basura'.
La agencia Reuters recuerda que el grupo dirigido por Josu Jon Imaz prácticamente tiene concluido su actual plan estratégico, durante el que ha reducido la deuda por debajo de los 7.500 millones de euros recortando capex y vendiendo activos, frente a los más de 12.000 millones que adeudaba en 2014 tras comprar la petrolera canadiense Talisman
Tras conocerse la mejora de recomendación Repsol protagoniza una de las mayores subidas del Ibex 35al registrar avances en torno al 2,50%. En el acumulado anual la petrolera española se revaloriza un 16,52%.
Los indicadores técnicos de Estrategias de Inversión da a Repsol una puntuación de siete sobre 10, compañía que se encuentra en fase de consolidación, con tendencia bajista en el medio plazo pero alcista en el largo plazo y una volatilidad decreciente en ambos periodos.