Año nuevo vida nueva. Con ese borrón y cuenta nueva es con lo que se enfrentar, poniendo el contador a cero, Banco Sabadell tras el peor año que recuerda en el mercado con una caída, la peor del Ibex 35, que ha superado en 2020 el 64,4%. Un valor que ha perdido 3860 millones de euros por el camino en su capitalización, y que casi duplica esa caída su valor actual, minimizado hasta los 1992 millones de euros. Es el quinto valor que menos vale, valga la redundancia, en selectivo español. Y ha comenzado el año con caídas del 1,78%
Con este más que pobre bagaje, encara Sabadell un año 2021 con muchos problemas sobre la mesa. Todos los expertos sigue señalando que no podrá sobrevivir en solitario tras un año de fractura con la frustrada fusión, o más bien compra por parte del BBVA por dos diferencias irreconciliables: el poder dentro de la estructura del banco, con un Oliú muy venido a menos que, sin embargo, habría tenido que presidir el banco en caso de que Torres Vila se vea salpicado de importancia por el caso Villarejo. Y lo más importante: el precio que la entidad vasca no ha querido pagar.
Pero comienza un ejercicio que se espera más que complicado para todo el sector financiero en general, y más si cabe, con el empuje de los problemas que el Sabadell arrastra, como el británico TSB, cuyo valor en libros, según indican muchos expertos podría ser un redondo cero. Sin olvidar la crisis económica cada vez más virulenta, que llevará a impagos y moratorias para un Sabadell muy asentado en el segmento de Pymes, las más aquejadas junto con los ciudadanos de a pie en la pandemia. Y no olvidemos que todo ello se produce en un entorno de tipos cero y con un nuevo consejero delegado que no es un experto en el sector.
En su gráfica de cotización, observamos como inicia el ejercicio con el lastre de ser el peor del selectivo y casi del Continuo con permiso de Quabit, ya muy lejos de lo cosechado en el rally de las vacunas y con pérdidas en el último mes que ya superan el 3,2%. Desde sus mínimos en el pasado ejercicio ha recuperado un 42%, pero aún así no ha conseguido borrar su mala imagen y oscilaciones bruscas en el valor durante 2020.
De momento Sabadell sigue haciendo caja con la venta de varios parques eólicos a Eolia por un valor de 100 millones de euros y una cartera de activos tóxicos a la firma de inversión norteamericana KKR, a lo que se suma su última operación: 600 millones en caja ante la venta de una cartera de activos problemáticos a Lone Star.
En cuanto a si seguirá en solitario y buscará nueva novia, siguen los contactos internacionales con entidades europeos mientras los analistas no descartan una futura boda con el Santander tal y como están las cosas, más abiertos a esta posibilidad a pesar de que la entidad cántabra todavía sigue haciendo la digestión de la compra del Popular.
La analista fundamental de Estrategias de Inversión María Mira destaca que “en un análisis por ratios y con BPA estimado de 0,03€/acción para el cierre de 2021, el mercado paga un PER de 13,2v, frente a una media en los últimos tres años para la entidad de 10.5x”.
“Por valor contable el mercado paga 0,15v su valor en libros estimado para 2021, en un sector con importante descuento según este criterio por el descuento que el mercado aplica debido a las dificultades estructurales del sector. El mercado descuenta un riesgo sectorial nada despreciable: dividendo congelado, mayores exigencias del regulador, tipos cero, aumento de mora e impagos. En base a nuestra valoración fundamental revisamos recomendación a negativa a medio/largo plazo”, confirma la experta de Ei.
Según nos muestran nuestros indicadores técnicos premium, Sabadell apenas alcanza una puntuación claramente a la baja, reducida en tres puntos, de 3 sobre una puntuación total de 10. En positivo la tendencia a largo plazo que es bajista . El resto, en rojo, con indicadores como el momento total lento y rápido que es negativo, la tendencia bajista a medio plazo, el volumen decreciente en las dos vertientes para el valor y su volatilidad creciente a medio y a largo plazo también.