En concreto, Repsol ha ejecutado la amortización de más de 98,98 millones de acciones propias, representativas del 6% del capital social de la compañía, adquiridas, en su gran parte, en el marco de su programa de recompra de acciones. Según informó la empresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el capital social de la petrolera presidida por Antonio Brufau se ha reducido a 1.527,396 millones de acciones de un euro de valor nominal cada una.
La compañía indicó que la finalidad de la reducción de capital es la amortización de acciones propias, coadyuvando a la retribución al accionista de la sociedad mediante el incremento del beneficio por acción. La amortización de acciones en autocartera funciona como una especie de dividendo para el accionista, al reducir el número de acciones en circulación y por lo tanto aumentar el valor de estas.
Así, la reducción de capital no entraña devolución de aportaciones a los accionistas de la compañía, por ser esta la titular de las acciones que se han amortizado. La reducción de capital se ha realizado con cargo a reservas libres, mediante la dotación de una reserva por capital amortizado por un importe igual al valor de las acciones amortizadas, de la que solo será posible disponer con los mismos requisitos que los exigidos para la reducción del capital social.
A nivel fundamental, María Mira, analista fundamental de Estrategias de inversión reconoce que "en una valoración por ratiosy bajo previsión de BPA de 0,57€/acción para el cierre de 2020 y revisado tras la presentación de cuentas semestrales, Repsol tiene margen entre valor y precio. El mercado descuenta un PER de 9,95v, con recorrido al alza frente a la media del selectivo Ibex 35. Descuento también por múltiplo EV/EBITDA y el mercado paga únicamente 0,36 veces su valor en libros. Rentabilidad sobre dividendos (Yield) superior al 15% y balance saneado". Ver más... Bajo previsión de resultados 2021 los múltiplos se moderan y recogen mayor potencial de la acción.
Repsol sube en bolsa un 1,7% y se instala sobre los 6,35 euros por acción, intentando reducir las pérdidas anuales que dejan a la petrolera con una penalización de más del 52%.