Repsol vuelve a demostrar que las caídas a plomo de los mercados financieros vividas el pasado lunes, por tercera sesión consecutiva, envuelven a buena parte del mercado, pero no solo se producen por el miedo, sino que dejan fuera a algunos valores privilegiados, en este caso algunas energéticas.
La “discriminación” también llegaba a Repsol ante el más que elevado precio del petróleo, con encarecimientos del 7% en solo una sesión y superando los 132 dólares el barril, uno de los grandes miedos económicos, porque, de mantenerse significaría para los países consumidores un mayor recorte en el crecimiento. Lo último a cuenta de las importaciones a Estados Unidos de gas y petróleo ruso.
Desde la UE cuantifican en dos décimas de crecimiento cada 10% en la subida energética, propiciada en este caso, por las conversaciones que mantienen la UE y Estados Unidos para ver la manera de elevar las sanciones contra Rusia vía petróleo y gas. Eso supondría un cambio de proveedor para algunos países como Alemania, que en pleno invierno siguen dependiendo de Vladimir Putin para su combustible y calefacción.
Y cualquier recorte en el suministro, supone la subida exponencial de su precio del que Repsol se ve beneficiado. En su gráfica de cotización vemos que sus avances acumulados desde que comenzara el conflicto no superan el doble dígito, pero de las 8 sesiones precedentes, 6 cotiza en positivo, con alzas del 4,6% en las 20 jornadas precedentes. Todo ello le lleva a colocarse como el mejor valor del Ibex en lo que va de año, con alzas del 20,6%.
Además, las noticias se centran en el valor, con el peso, cada vez menos específico, de Sacyr que ya posee, desde el pasado lunes, menos de un 3% del capital de la energética que dirige Josu Jon Imaz. En concreto, tras el vencimiento de sus instrumentos financieros, redujo el 7 de marzo su porcentaje de Repsol al 2,957%, tras 11 años como su principal inversor, porque el resto desde BlackRock a Norges Bank pasando por Santander o JPMorgan, solo se consideran inversores financieros.
Mientras, en la pugna por hacerse con un trozo del pastel de su filial de renovables, entra en liza, como cuenta Cinco Días, Amancio Ortega con su vehículo inversor en inmuebles diversificando posiciones y ya entronizado en este mercado, también de la mano de Repsol, con la compra del 49% de Delta I un parque eólico de la compañía. Y acaba de comenzar la construcción de la primera planta de biocombustibles avanzados en nuestro país, con una inversión prevista de 200 millones de euros y que comenzará su andadura en 2023
Para Néstor Borrás, analista independiente Repsol “el valor discurre dentro de un canal alcista de medio plazo en color negro, el lado inferior del canal, juntamente, con los mínimos del pasado 24 de FEB 2022, en los 10,98 euros por acción, y, la zona de la media móvil simple de 40 periodos, representan los primeros niveles de soporte a vigilar”.
“Los siguientes soportes están situados en la media móvil simple de 200 periodos o de largo plazo, el nivel 10,256 euros por acción y la directriz alcista principal en color fucsia. Luego, el soporte de largo plazo está comprendido en torno 9,370 / 8,458 euros por acción, puesto que, se tratan de los mínimos crecientes relevantes del movimiento alcista tendencial proyectado a partir de los 4,610 euros por acción”, destaca el experto técnico sobre el valor.
Y apostilla que “existe un incremento en el volumen de contratación tras la última ruptura de máximos anuales, dando cierta estabilidad en la tendencia alcista de medio plazo mientras no se vulnere el primer nivel de soporte, en los 10,98 euros por acción”.
Repsol en gráfico diario con Rango de amplitud medio en porcentaje, oscilador MACD y volumen de contratación
Los indicadores técnicos que elabora Estrategias de Inversión marcan una nota de 8 puntos, en modo alcista para el valor, desde los 10 posibles. Así Repsol solo mueve en negativo como decreciente su volumen de negocio a largo plazo, y su volatilidad en ambas vertientes, con un rango de amplitud que se muestra creciente a medio y largo plazo.
En la parte positiva destaca su tendencia, tanto a medio como a largo plazo que se muestra alcista, mientras que el momento total, lento y rápido es positivo para Repsol. A todo esto, se une además el volumen de negocio que, a medio plazo, es creciente para el valor.