La aseguradora con sede en Zúrich registró una pérdida neta trimestral de 381 millones de francos suizos -unos 359 millones de euros-, por cargos de 600 millones de francos y otros 1.100 millones por provisiones en bonos corporativos que afectaron al resultado neto.
La cifra de pérdidas se compara con un beneficio de 564 millones de francos en el segundo trimestre del año pasado y quedó muy por debajo de las previsiones de analistas, que esperaban un beneficio neto de 150 millones de francos.
Los principales problemas de Swiss Re derivan de activos relacionados con bonos de riesgo y productos como canjes de créditos impagados, instrumentos que dan a los inversores protección en caso de impagos de bonos estatales o corporativos. Las fuertes rebajas de valor por causa de estos instrumentos llevaron a Swiss Re a emitir nuevo capital y le costaron el puesto a su anterior consejero delegado, Jacques Aigrain.
Aunque Swiss Re dijo que su negocio subyacente se mantuvo sólido -la reaseguradora consiguió elevar las primas en un 4% en la renovación de contratos de julio y recortar costes más rápido de lo previsto-, advirtió de que la volatilidad del mercado y la tendencia hacia inversiones de menor riesgo "podrían afectar a los resultados futuros".