Telefónica cotiza este lunes con una caída cercana al 4% hasta los 3,29 euros por acción y se sitúa entre los valores que peor lo hacen junto a Solaria en la sesión del Ibex 35 de este lunes.
Todo ello tras el rally vivido desde comienzos de mes a cuenta de los niveles de inmunización que anuncian Moderna y Pzifer sobre sus futuras vacunas. De hecho, el horizonte, mucho más optimista ante la posibilidad real de combatir o al menos convivir de mejor modo con el virus, ha servido para que los inversores vuelvan a apostar por la empresa de Pallete, que sólo en noviembre ha recuperado un 22% en sus títulos.
A pesar de todo ello, la agencia de calificación de crédito S&P Global Ratings (S&P) rebajó la calificación crediticia a largo plazo de Telefónica desde BBB a BBB-. En un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la agencia bajó la calificación crediticia a corto plazo a A-3 desde A-2. No obstante, la perspectiva del rating fue cambiada de negativa a estable.
"Esperamos que las cifras de Telefónica se deterioren este año debido a menos ingresos y ganancias en un año débil. Los ingresos como consecuencia de la pandemia y los movimientos cambiarios adversos afectaron a los reportes del negocio latinoamericano".
De cara 2021, S&P prevé una estabilización de las operaciones, con un menor impacto de las divisas, que ayudará a reducir el apalancamiento, pero probablemente insuficiente para recuperar las métricas alineadas con el rating BBB.
Por otra parte, la agencia explica que la asignación de una perspectiva estable refleja sus expectativas ante la capacidad de Telefónica para mantener un ratio de apalancamiento por debajo de cuatro veces el EBITDA, calculado sobre la participación de las operadora en Telefónica Brasil, Alemania e Infra, que están consolidadas plenamente en las cuentas del grupo, y el reintegro de la participación del 50% del capital de la nueva joint venture con Liberty Global en Reino Unido, que debería ser desconsolidadas de sus cuentas.
S&P indica que Telefónica está priorizando en la flexibilidad en sus inversiones, para apoyar la generación de caja durante 2020. Por otra parte, los analistas señalan que el apalancamiento de Telefónica mejorará solo de forma marginal en 2021, y las mejoras en las operaciones serán compensadas por los cambios en la consolidación.
Telefónica destacó el viernes que la deuda neta de la compañía se redujo hasta 36.700 millones de euros a cierre de septiembre, 1.100 millones menos que al terminar 2019, al tiempo que el coste de la deuda bajó al 3,15% y la liquidez mejoró hasta los 22.400 millones.