Pasaporte, reorganización interna en cargos directivos, ERTE, ampliación de capital, emisión de bonos, ahorro de costes y sobre todo recuperación de la actividad económica. Vuelta a la normalización de los vuelos. Eso es, en una simplificación excesiva, el resumen de los movimientos a los que se ha tenido que enfrentar IAG en el año iniciado en marzo pasado a cuenta de la pandemia y que ha propiciado que hoy sea un holding más pequeño, muy afectado por la crisis, pero con buenas perspectivas de futuro a largo plazo.
La falta de actividad y el cambio de costumbres: sin turistas ni viajes de negocios, con los vuelos no solo reducidos sino con ausencia de ocupación, sin movilidad interna y entre países, a su negocio solo le ha quedado sobrevivir y esperar tiempos mejores.
El año pasado cerraba como el segundo peor valor del Ibex con pérdidas del 62,6% y un precio para sus acciones de 1,791 euros por acción, tras haber implementado una ampliación de capital cuyos efectos dejaron al valor por debajo incluso del euro por acción. Sin olvidar que cuando explotó el Covid, IAG contaba con la mejor recomendación de compra del mercado.
Sin embargo ese panorama se ha transformado, tras pasar lo peor del camino, en un horizonte de esperanza ante la vacunación y el regreso de la normalidad. La recuperación, ante la eficacia de la inmunización, se ve más cerca y la empresa ya está recogiendo los frutos de las medidas implementadas y de las expectativas ajustadas a lo que viene, aunque el panorama prepandemia, no se recuperará al menos hasta 2023 para su sector.
Esas expectativas, con a mejora paulatina y sostenida, son las que están sumando confianza e inversores a un valor que se comporta ahora mismo en la bolsa española como uno de los grandes. En concreto desde que empezara el ejercicio IAG sube un 40,31%, se asienta con comodidad por encima de una de sus fuertes resistencias, los dos euros por acción, cada vez más cerca de los máximos del ejercicio. Sube desde el rally de las vacunas del pasado noviembre un 119%. Un valor a tener más y más en cuenta conforme vaya cumpliendo objetivos pero sobre todo íntimamente conectado a la recuperación de la actividad.
Fue el farolillo rojo de 2020. Perdió en el mercado un 64,44%y cerró el ejercicio en los 0,354 euros por acción. El auténtico exponente de un sector financiero teñido de rojo al que el efecto coronavirus le pasó como una apisonadora por encima ya muy dañado por los tipos de interés negativos y el efecto en sus cuentas. El ahorro de costes necesario se convirtió en una necesidad y Sabadell se mostró como el más dañado de todos.
Todo ello con su filial TSB haciendo aguas por todos lados, la entidad no tuvo más remedio que buscar compañero de viaje en unas circunstancias cada vez más adversas. Encontró por el camino a un BBVA que pretendió comprar la entidad por 2.500 millones de euros y relegar a su cúpula, exigencias que la entidad que preside Josep Oliú no aceptó.
Se puso en manos de Goldman Sachs para analizar sus opciones y de momento se mantiene, y es su firme intención, en solitario, mientras el BCE sigue llamado a capítulo a las entidades comunitarias para que se integren. Una andadura que los analistas siempre han criticado ante la llegada de un esperado 2021 con nuevas dificultades para el sector financiero.
Sin embargo en la bolsa española, como en el resto de mercados, nada está escrito en piedra. Y bien se puede reescribir o comenzar, como ha hecho Sabadell, desde casi cero. Ha comenzado su plan de desinversiones y ahorro de costes implementado con reducción de oficinas y personal y ha cambiado a su consejero delegado con la llegada de César González Bueno desde ING del que es fundador, que acaba de refrendar oficialmente su Consejo y que ratificará la semana que viene la Junta de Accionistas de la entidad.
Ahora mismo es el mejor banco del mercado, en especial a cuenta de la subida de las rentabilidades de la deuda y la mejora de los cíclicos, a tenor de la subida de los valores cíclicos que se beneficiarán de la recuperación económica más que el resto. Los expertos, eso sí, no le dan demasiada ventaja al sector, al que no ven gran recorrido desde ahora, pero todo se verá,
Sabadell avanza en lo que va de año casi un 40% mientras que desde que se desató el rally de las vacunas el pasado noviembre el valor recupera un 85%.
