Pero, en mi opinión, "a diferencia del repo de diciembre el LTRO de mañana sí podría mejorar aunque de forma marginal el crédito al sector privado. Las entidades en primer lugar habrían cubierto sus vencimientos, comprado deuda pública y ahora podrían replantearse prestar a clientes solventes y con mínimo riesgo", reconoce José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. ESte experto admite que "tiene razón el Presidente del ECB cuando considera que los LTRO han servido por el momento para detener la caída del crédito. Esperemos entonces que también la tenga ahora cuando se refiere a desbloquear el crédito con este segundo repo".
¿Y los efectos a medio y largo plazo de esta provisión de liquidez? "Todos sabemos que su razón de ser a corto ha sido evitar un accidente. Pero, ¿serán el origen de otro accidente a largo plazo? ¿lo será de un deterioro de las condiciones de inflación y otros factores negativos para el crecimiento?. Nowotny del ECB admite que está inquieto, lo que le permite asegurar que muchas de las actuaciones actuales no se van a repetir en el futuro. ¿Y si fuera necesario hacerlo? Esto no lo responde".
Y reconoce que "hoy el ECB ha prestado a día más de 133.9 bn. y a semana apenas 29.4 bn. ¿Se reservan para el repo de mañana? También es cierto que ha drenado por final de mes 219 bn. Y es que las entidades tienen cada vez más problemas para ajustar sus necesidades de liquidez".
Pero, con todo, los datos de liquidez conocidos hoy auguran que mañana la cifra de inyección de fondos podría estar cerca del rango alto esperado por el mercado de 600 bn. ¿Es positivo? Una cifra tan alta mostraría dos cosas: 1. que las entidades financieras siguen observando el futuro muy incierto; 2. que la liquidez del mercado sigue siendo muy limitada. Pero serían 600 bn. al fin y al cabo. Más dinero para un mercado al que le sobra. Le sobra a los inversores, pero está muy mal repartido. De hecho, ¿cómo es posible que un país intervenido como Portugal pague rentabilidades de su deuda a largo plazo del 11 %? Simplemente, no se fían de que el rescate elimine realmente el riesgo de ajuste de la deuda. Pero, a diferencia de Grecia, asignan una probabilidad insignificante a la salida del EUR.