Carbon2Nature ha establecido una colaboración estratégica con la filial brasileña de Iberdrola, Neoenergia, con el objetivo de desarrollar proyectos que se enfoquen en la captura de carbono a través de soluciones basadas en la naturaleza. Esta alianza busca no solo reducir la huella de carbono a nivel global, sino también mejorar la biodiversidad y fomentar una economía sostenible, donde la naturaleza juega un papel fundamental en la creación de valor sostenible.
Como parte de esta asociación, se ha constituido una joint venture en la que Carbon2Nature controlará el 51% de las acciones, mientras que la filial de Iberdrola en Brasil, Neoenergia, poseerá el 49% restante. Esta estructura permitirá acelerar el desarrollo de proyectos de conservación, gestión sostenible y restauración en diversos ecosistemas en Brasil, un país clave para la implementación de soluciones basadas en la naturaleza a nivel mundial.
La mayoría de los proyectos a desarrollar en Brasil se centrarán en iniciativas forestales, aunque también se analizarán posibilidades relacionadas con ecosistemas marinos, conocidos como Blue Carbon. Se estima que en los próximos años se capturarán más de 10 millones de toneladas de CO2, a través de la plantación de 15 millones de árboles distribuidos en más de 19.000 hectáreas.
Según la compañía energética, estos proyectos se regirán bajo el enfoque de la triple I: integridad, innovación e impacto a largo plazo, lo que garantizará su contribución a la mejora de la biodiversidad, al bienestar de las comunidades locales y a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Hace un año, Iberdrola lanzó Carbon2Nature con el propósito de capturar y fijar en la naturaleza más de 60 millones de toneladas de CO2 a través de proyectos de restauración, conservación y gestión sostenible de larga duración y con alto impacto climático, ambiental y social.
La iniciativa, en la que Iberdrola posee el 100% de las participaciones, se alinea con el compromiso de la compañía energética de alcanzar cero emisiones netas en todos los ámbitos antes de 2040 y de tener un impacto neto positivo en la biodiversidad para 2030.