Iberdrola avanza en su crecimiento mundial con unas inversiones de 47.000 millones de euros durante el periodo 2023-2025 para impulsar la transición energética, el empleo y las emisiones netas nulas. Así lo ha comunicado la compañía en la presentación de su Capital Markets Day, que se celebra en Londres durante el día de hoy.
Tal y como ha explicado el presidente del grupo, Ignacio Galán, el crecimiento de este Plan estratégico está basado en inversiones orgánicas en todos los mercados y en la transacción de PNM Resources, a la que destinará 11.000 millones de euros.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, ha asegurado: “La situación actual del sector es una oportunidad para que Iberdrola pueda seguir contribuyendo a la autosuficiencia y la descarbonización en los países en los que estamos presentes y por eso vamos a invertir la cifra récord de 47.000 millones de euros en tres años”, ha asegurado el presidente.
En concreto, de los 47.000 millones de euros de inversión, un 80% se destinará a países con calificación A, con marcos regulatorios estables y ambiciosos objetivos de electrificación. Por países, el grupo destinará el 47% de sus inversiones a Estados Unidos -incluyendo inversiones orgánicas y la integración de PNM Resources-, que se sitúa como el principal mercado de expansión para los próximos tres años. En segundo lugar, se encuentra Reino Unido, con un 16%. Además, Iberdrola impulsa la diversificación geográfica a través de un enfoque adicional en países como Alemania, Francia y Australia, a los que destinará el 13% de la inversión total.
En España, las inversiones superarán los 6.000 millones de euros en tres años, el 13% del total, en línea con la media de los últimos ejercicios. Con este planteamiento inversor, la compañía contribuirá a un empleo de 85.000 personas en España para 2025.
Un crecimiento en mercados predecibles y asegurados
Analizando las principales inversiones por áreas de negocio, Iberdrola destinará 27.000 millones de euros a redes y 17.000 millones de euros al área de renovables. “A lo largo de más de dos décadas, hemos construido un sólido historial de resultados y nuestros planes garantizan que Iberdrola seguirá estando en el centro del suministro de las mejoras de las redes inteligentes y de las energías renovables que la transición energética necesita en todo el mundo”, ha comentado el presidente.
Para la compañía, las redes son la columna vertebral de la integración de la nueva capacidad de las renovables y permitirán implantar nuevas soluciones y servicios distribuidos. Con las inversiones en esta área, la compañía se asegura marcos predecibles y protección frente a la incertidumbre macroeconómica. Este compromiso le permitirá alcanzar una base de activos regulados de 56.000 millones de euros en 2025, lo que supone un crecimiento del 44% respecto a los 39.000 millones de euros estimados para este ejercicio. El 85% de las inversiones orgánicas en esta área está prácticamente aseguradas, ya que se realizan en proyectos con tarifas ya cerradas o con negociaciones avanzadas y con condiciones conocidas. En torno al 20% de las inversiones en transmisión irán dirigidas a Reino Unido, Estados Unidos y Brasil.
Al negocio de renovables la compañía pretende destinar en torno a 17.000 millones de euros enfocando el crecimiento en proyectos asegurados, de alta calidad y con la mejor relación riesgo/retorno. De esta cuantía un 46% se centrará en la eólica marina de Francia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos. En el resto de las tecnologías, la eólica terrestre acaparará el 25% de la inversión, la fotovoltaica un 24%, la hidráulica, un 2% y las baterías, un 3%.
A raíz de estas inversiones, la compañía incrementará en 12.100 MW su capacidad instalada renovable, hasta alcanzar los 52.000 MW en 2025 -3.100 MW eólica terrestre, 6.300 MW fotovoltaica, 1.800 MW offshore, 700 MW de baterías y 200 MW de hidráulica-, frente a los 40.000 MW previstos para este ejercicio. El grupo ya cuenta con un 50% de la nueva capacidad asegurada y en torno a un 95% de la producción estará contratada para 2025.
Unas previsiones con solidez financiera
Toda este Plan estratégico se orquesta dentro de una cuidada solidez financiera, que permite a la compañía preservar los niveles de rating de crédito. Esto es gracias a que Iberdrola cuenta con una alta diversificación de las fuentes de financiación y de su negocio -un 70% del EBITDA procederá del área internacional-, una sólida estructura financiera -un 75% de la deuda es a tipo fijo y largo plazo-, una gestión activa de la liquidez y una optimización de la financiación verde, sin que se prevean ampliaciones de capital y con el apoyo de rotación de activos. Como consecuencia de todo ello, la empresa mantendrá su solidez financiera: la ratio deuda neta/ EBITDA se situará en las 3,4 veces al final del periodo.
Nuestra estrategia a largo plazo está resultando más adecuada que nunca en el escenario actual. Siguiendo nuestro modelo de crecimiento sostenible, estamos mejorando nuestra solidez financiera y aumentando nuestras perspectivas de EBITDA y de beneficio neto para 2025, además de mantener nuestras perspectivas a largo plazo hasta 2030. Esta estrategia nos permitirá aportar más valor a nuestros accionistas y a las comunidades a las que servimos”, ha comentado el presidente.
Las nuevas inversiones previstas para el periodo 2023-2025 permiten a Iberdrola prever un beneficio bruto de explotación (EBITDA) de entre los 16.500-17.000 millones de euros para 2025 lo que supone un crecimiento medio anual entre el 8% y el 9%. España representará el 31% del EBITDA. Además, la compañía calcula que el beneficio neto aumente hasta una horquilla entre los 5.200 y los 5.400 millones de euros en 2025, lo que supone un crecimiento medio anual de entre el 8% y el 10%.
Estos resultados permitirán a la compañía cumplir su compromiso de incrementar la retribución a sus accionistas en línea con la evolución de los resultados y destinar entre el 65% y el 75% del beneficio a dividendos -pay out, en inglés-, lo que permitirá alcanzar un dividendo de entre 0,55 y 0,58 euros por acción en 2025. Iberdrola fija un suelo del dividendo de 0,46 euros entre 2023 y 2024 y de 0,50 euros para 2025, dentro del programa de Iberdrola Retribución Flexible, que incluye la recompra de títulos. El presidente también ha reafirmado las perspectivas para 2030, impulsadas por el crecimiento en todos los mercados y la aceleración de la electrificación: inversiones de 65.000 a 75.000 millones de euros en 2026-30 para superar los 100 GW de capacidad instalada y los 65.000 millones de euros en activos de redes.
Liderando la transición social y energética
Los factores ambientales y sociales se encuentran plenamente integrados en el Plan estratégico que se presenta hoy. En tiempos económicos difíciles, nuestro plan será también un catalizador para la creación de empleo. Contrataremos a unas 12.000 personas en los próximos tres años, y para 2030 prevemos que nuestras actividades apoyarán más de 500.000 puestos de trabajo a nivel mundial en toda nuestra cadena de suministro”, ha destacado el presidente. De esta cifra, más de 85.000 empleos estarán en España.
Iberdrola sigue avanzando en su compromiso con la autosuficiencia energética y en su papel proactivo como agente activo en la lucha contra el cambio climático. De hecho, dentro del Plan estratégico, la compañía pretende compatibilizar su crecimiento en renovables y redes con el objetivo de llegar a ser neutra en carbono para 2030 en sus centrales de generación y consumos propios y en todas sus actividades a 2040. Además, Iberdrola tendrá un impacto neto positivo en la biodiversidad en 2030. Para conseguirlo, la compañía impulsará la plantación de 20 millones de árboles en 2030.