El foco de la actualidad se divide principalmente en tres factores: segunda vuelta de Francia, la resaca de la reunión del BCE, y la reforma fiscal de Trump. Empezando por el primero, ¿se puede decir ya que llegó la tranquilidad al panorama europeo?
No se puede cantar victoria, pero sí que han gustado los resultados. A principios de año había mucha incertidumbre política, siendo las elecciones de Francia el evento político más importante, y al final éstas han tenido un resultado positivo, que vamos a ver si se confirma en la segunda vuelta el domingo 7. Ahora con Macro como principal candidato a la presidencia, los antieuropeístas están perdiendo fuelle, como les pasó en las elecciones de Holanda, algo que es muy positivo.
Otra cosa es que siga habiendo otros frentes abiertos, como las elecciones legislativas en Francia en junio o las elecciones en Alemania. En cuando a Alemania, siendo el país más importante de la eurozona, vemos que el peso de los partidos antieuropeístas es menor y respiramos.
Mientras, parece que las negociaciones por el Brexit han quedado congeladas y veremos a ver si en Italia se producen elecciones anticipadas, lo que produciría bastante ruido.
Sobre la reunión del BCE parece que no se ha dicho nada nuevo. ¿La política monetaria en Europa cree que seguirá laxa hasta final de año para luego endurecerse o no se puede descartar ninguna opción?
No se puede descartar, pero Draghi está siendo muy moderado y es probable que sigamos contando con esos 60.000 millones de euros mensuales para comprar activos. Además, el mercado está descontando que durante el primer semestre de 2018 veremos el tapering, siendo para finales de 2018-prinicipios de 2019 la subida de tipos de interés.
Draghi ha dicho que el repunte de la inflación es coyuntural, por el precio de la energía y la previsión del BCE es que acabemos el año con una inflación en 1,8%, por debajo del objetivo del BCE. Así que, no se va a precipitar en subir tipos, como hizo Trichet, lo que fue un fiasco.
La tercera pata que tenemos en cuenta es la política fiscal de Trump, con esas reducciones de impuestos. ¿Cómo los valora? ¿Considera que puede insuflar más aire a la renta variable?
En EEUU ya se había descontado este efecto y, una vez que hemos conocido más detalles, aunque por un comunicado muy escueto y con falta de detalles, vemos que Trump no tendrá fácil aprobar estas medidas en el Congreso e incluso dentro de su propio partido. Por lo tanto, creo que las bolsas de EEUU habían descontado mucho el efecto de la reforma fiscal y, en caso de que se aprueben las medidas, podrían agravar aún más las finanzas de EEUU, que actualmente cuentan con un ratio deuda/PIB del 75%.
Por otro lado, estamos en plena temporada de presentación de resultados. ¿Qué valoración se puede hacer hasta ahora tanto en Estados Unidos como en España? ¿Cuáles son los que más le han sorprendido positivamente?
En general están dejando buen sabor de boca. En EEUU incluso más las tecnológicas que el sector financiera, con cuentas como las de Amazon o Google, que crecen a doble dígito y es previsible que lo sigan haciendo.
En España estamos viendo un aumento generalizado de los beneficios que explica en parte del movimiento de las bolsas que hemos tenido desde el verano pasado.
Entre lo que más me está sorprendiendo está la reacción del mercado con las cuentas del sector bancario, que a pesar de que todos los bancos han superado las previsiones, no se está traduciendo en subidas en bolsa, probablemente por el rally que han experimentado ya en los últimos meses y el lunes pasado por las elecciones de Francia.
En España son los bancos los que han comenzado la presentación de resultados. ¿Le están pareciendo lo suficientemente importante como para apostar por bancos en cartera?
Creo que sí. Es un sector que hay que tener sobreponderado dentro de una cartera, pues si los bancos están ganando dinero con un euríbor en mínimos históricos, no te quiero contar si el año que viene o el siguiente hay una subida de tipos de interés. Además, los ratios de capital, con excepciones como Popular y algunas entidades italianas, son muy positivos, comportando un colchón importante si vienen mal dadas en el futuro. También destacar la reducción de las provisiones, tanto desde el punto de vista legal (cláusulas suelo, preferentes, salida bolsa Bankia), algo que no supondrá un riesgo en el futuro, pues no esperamos más gastos inesperados en el futuro; además, también estamos viendo reducción de provisiones por reestructuraciones de personal, ni por insolvencias de crédito, a medida que se va reduciendo la morosidad.