La victoria de Macron en las presidenciales galas ha supuesto el espaldarazo definitivo para las Bolsas europeas. Eliminada la principal incertidumbre, inversores y gestores se centran, por fin, en la mejora macro y micro, acompañadas de un apoyo, por ahora, sin fisuras del Banco Central Europeo (BCE).
Así, los flujos de fondos se centran en el Viejo Continente, en detrimento de Estados Unidos, a pesar de los retos pendientes (como Italia o el impacto de las turbulencias políticas al otro lado del Atlántico) y de la escalada del euro.
De hecho, en el top five de ganancias acumuladas en lo que va de año por la renta variable se cuela, nada más y nada menos, que un índice europeo y ‘periférico’: el Ibex con un repunte del 15%, superando con cierta alegría al siguiente selectivo desarrollado (el resto pertenece a emergentes), el tecnológico Nasdaq, que escala algo más de un 12%.
“Los bajistas probablemente se mantendrán alejados de Europa por ahora, ya que los datos no apuntan a un giro a la baja y la geopolítica, hasta el momento centro de atención, parece haber desaparecido de los radares”, apunta Hans-Jörg Naumer, Global Head of Global Capital Markets & Thematic Research en AllianzGI. Si bien, advierte que, en el largo plazo, “la combinación de baja volatilidad y elevadas valoraciones podría comenzar a plantear ciertas dudas, con unos indicadores de fortaleza relativa apuntando a cierta sobrecompra”.
Alerta, por otro lado, Daniel Pingarrón, de IG, del hecho de que “pese a que los flujos internacionales de inversión han puesto sus ojos en Europa desde hace semanas, la caída de Wall Street nos ha arrastrado con una fuerza mayor si cabe, volviendo a dejar patente la mayor vulnerabilidad del Viejo Continente ante acontecimientos adversos”. Para este experto, los mínimos del jueves pasado son la referencia a vigilar técnicamente en la región.
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Europa se impone también a los emergentes
Con todo, desde Lombard Odier señalan que con los riesgos cayendo como fichas de dominó, “el enfoque de los inversores debe volver a los fundamentos y la imagen macro positiva (crecimiento por encima del potencial y baja inflación), sumada al positivo momentum de los resultados corporativos, continúan apoyando la sunción de riesgos”.
No descartan estos expertos una consolidación a corto plazo (con China como principal catalizador), pero sería una “corrección corta y más perjudicial para los mercados emergentes”. Así, han decidido incrementar su exposición a Europa, en detrimento de estos países en desarrollo.
Dentro de la región, apuestan principalmente por la Zona Euro y Suiza, más que en Reino Unido. Sectioralmente, “los bancos podrían beneficiarse del alivio político, así como de un punto de inflexión en los estímulos del BCE”.
Los astros se alinean para el euro
Mientras, los expertos de Morabanc coinciden al afirmar que “la victoria de Macron en Francia y la escasez de inversión extranjera en Europa, el investment case del Viejo Continente parece muy claro”.
Y añaden: “El BCE está siendo bastante dovish justo cuando el mercado descuenta un 100% de una subida de tipos en Estados Unidos en junio. Lo datos europeos están siendo muy prometedores: los astros se alinean para el euro, con lo cual subimos nuestro rango objetivo del euro/dólar de 1,05-1,10 a 1,10-1,15 y somos compradores del euro”.
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Luces y sombras en Europa
Por su parte, Lukas Daalder, director de inversiones de Robeco Investment Solutions, resume en cuatro los factores que justifican la apuesta por las Bolsas europeas frente a Wall Street: la evolución económica (el PIB lleva ya dos años expandiéndose en igual medida que al otro lado del Atlántico); esfera política (tras las últimas elecciones el panorama resulta “mucho menos amenazador”); crecimiento de los beneficios empresariales (el mayor de los últimos cinco años); y valoración (la renta variable del Viejo Continente está entre un 5% sobrevalorada y un 48% infravalorada respecto de la estadounidense).
Ahora bien, este experto recuerda que también hay “aguafiestas”, como las elecciones italianas, el riesgo de que el momentum macro toque techo o las próximas decisiones del BCE. Sin olvidar las negociaciones del Brexit y, finalmente, el hecho de que se haya puesto de moda entre los gestores.